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La cesta de la compra se vuelve bío en los Países Bajos (pero también hay mucho ecopostureo)

El consumo de productos sostenibles crece. La venta ya no se limita a las tiendas especializadas y se extiende a las grandes superficies

Cesta de la compra productos bio
Un ciclista pasa delante de un supermercado Jumbo.JOHN THYS (AFP/GETTY IMAGES)
Isabel Ferrer

La compra de alimentos con etiqueta de sostenibilidad aumenta en Países Bajos y el supermercado es el lugar preferido para llenar la cesta. Las grandes superficies han ido ampliando la oferta y, en 2023, los consumidores neerlandeses gastaron 12.600 millones de euros en carne, verduras, productos lácteos y pan con etiqueta sostenible. Es un 14% más que el año anterior, mientras que el desembolso total en alimentos aumentó un 11%. Los datos aparecen en un estudio realizado por la Oficina Central de Estadística (CBS) y la Universidad de Wageningen, especializada, entre otras, en ciencias animales y ambientales.

La misma investigación —encargada todos los años por el Ministerio de Agricultura— desglosa el desembolso del consumidor. Así, unos 4.300 millones de euros se destinaron a la compra de carne con la etiqueta de beter leven (vida mejor) que hace referencia a las condiciones de crianza de los animales y ha sido introducida por la Sociedad Protectora de Animales. Otros 3.100 millones se gastaron en los del sello de rainforest alliance (alianza para los bosques), y 2.000 millones en comida precintada como ecológica (biologisch). “A pesar de la subida de precios en alimentación, estas ventas siguen aumentando”, explica el informe. Y lo hacen a costa de las tiendas especializadas del sector y en favor de las grandes superficies.

Tanto Albert Heijn (AH), la mayor cadena de supermercados del país (1.005 tiendas), como la segunda, Jumbo (680), y la tercera Aldi (484), tratan de consolidarse en el mercado de la alimentación sostenible y dedican un amplio espacio en sus páginas web a este tipo de propuesta. Por su parte, Milieu Centraal, una asesoría que apoya las etiquetas de calidad que marcan estos alimentos, no solo aconseja sobre las ventajas de una alimentación sostenible. En su página digital destaca también una lista de estas marcas para guiarse en los comercios neerlandeses.

El año pasado, la superficie de tierras con marchamo de cultivo ecológico abarcaba 80.900 hectáreas, el 4,5% del total de suelo agrícola, según los datos de CBS. El Gobierno neerlandés desea llegar al 15% para 2030, pero hay terrenos que se pierden por el cierre de empresas o la caducidad de los certificados. Donde más se ha notado el cambio hacia lo sostenible es en la carne y los lácteos, pero hay un problema de transparencia que no acaba de resolverse. Según Milieu Centraal, las inscripciones que certifican la sostenibilidad deben ser claras para evitar confusiones o incluso fraudes. Que el comprador pueda estar seguro de que las marcas representan la realidad, tanto en el cultivo como en la crianza de animales de granja.

Gato por liebre

No siempre la etiqueta refleja lo que proclama. Desde 2023, los supermercados neerlandeses solo venden carne de pollo con la marca beter leven. Uno de los requisitos para obtener ese precinto es que las aves tengan acceso a un corral cubierto durante parte del día y puedan moverse con libertad. Sin embargo, este septiembre, una investigación llevada a cabo por Omroep Gelderland, una emisora pública regional (en el centro-este del país), ha desvelado que solo algo más de un centenar de las 482 granjas de pollos del país disponían de ese sitio. A pesar de ello, no han perdido la etiqueta beter leven. La propia asesora Milieu Centraal valida esta marca, pero la realidad es que los criadores avícolas pueden conseguirla sin modificar sus naves. Y ello porque una vez pedido el permiso, tienen de plazo dos años —ampliado hasta 2027— para edificar. Ello es debido, en gran parte, a las trabas impuestas por las normas gubernamentales para controlar las emisiones de nitrógeno: pueden retrasar o anular el procedimiento.

A la vista de la situación, la Asociación de Consumidores ha señalado que mantener el sello “es el camino equivocado”. La Sociedad Protectora de Animales no está de acuerdo. Según explican, a pesar de la falta del nuevo corral, estos pollos disponen de más espacio, ven la luz del día y se les da más tiempo para crecer que a los demás. La Universidad de Wageningen tiene previsto estudiar los efectos medioambientales de la cría de estas aves con etiqueta sostenible.

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