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Un tercio de los padres ha ayudado a sus hijos a llegar a fin de mes en el último año

Más de la mitad de los mayores de 60 años defiende eliminar el impuesto de sucesiones o reducirlo, según una encuesta de la Fundación BBVA

Caidas de ancianos
Una mujer mayor paseando por la calle Alcalá, en Madrid.Samuel Sánchez
Laura Delle Femmine

La imagen de los hijos recién emancipados apoyando económicamente a sus padres ya tiene un aire más romántico que real. Hoy en día, muchos jóvenes ganan menos que sus progenitores en términos reales, no pueden ahorrar y menos aún comprarse una vivienda. Lejos de ser un pilar familiar, son los padres quienes están ayudando a sus vástagos a salir hacia adelante, tanto con los gastos extraordinarios como en el día a día: más de un tercio de los progenitores mayores de 60 años (37%) dice haber ayudado a sus hijos a llegar a fin de mes en el último año, haciéndoles la compra, o pagándoles la luz o el agua, en una dinámica de apoyo intergeneracional que ha cambiado de rumbo. “Estas generaciones se caracterizan por el apoyo informal a sus miembros, constituyendo una red invisible, pero que es fundamental para el manteamiento del bienestar social”, concluye un estudio publicado este miércoles por la Fundación BBVA.

Cerca de dos tercios de los mayores de 60 años, de hecho, siente que está dando más ayuda a sus hijos de la que recibió de sus padres. Un 51% afirma haberles apoyado económicamente para salir casa, y un 72% para formarse. En el caso de los sobrinos, que reciben sobre todo el apoyo de los tíos sin hijos, estos porcentajes se sitúan en el 18% y el 16%. La mitad de los encuestados también dice haber cuidado de sus nietos en el último año. “La función social que realizan estas personas mayores de 60 años con sus familias supone el sustento social de las generaciones más jóvenes, que de no existir incrementaría las brechas de la desigualdad social en nuestro país. Esta ayuda puede considerarse también como una herencia en vida al referirse a la transmisión patrimonial de una generación a otra”, concluye el informe.

El estudio se centra en la gestión de las herencias en España a partir de una encuesta realizada a más de 1.127 personas mayores de 60 años, y destaca la gran importancia que se otorga a los vínculos familiares y la existencia de un “contrato intergeneracional implícito”, aunque revela que van apareciendo rasgos individualistas debido al cambio en la estructura de los hogares, cada vez más atomizados.

Elaborado por el catedrático de Sociología de la Universidad de Málaga Luis Ayuso, y financiado con una beca de la Fundación BBVA, el informe profundiza en ámbitos hasta ahora inexplorados. El 88% de los encuestados creen que el patrimonio de los padres debe pasar a sus hijos y que sea sin distinciones entre ellos; cerca de la mitad opina que no se debe ahorrar con el objetivo de dejar algo a sus descendientes, y además prevé una vejez en su propia casa con el apoyo de cuidadores o en una residencia, frente al 9% que espera vivir con algún hijo.

En contra de las herencias en vida

La mayoría de los encuestados no está a favor de legar las herencias en vida, aunque no hay una posición homogénea. “Mayoritariamente, la sociedad española es partidaria de no dar nada hasta su fallecimiento (42%), aunque hay un grupo partidario de dar toda la herencia en vida (24%), solo una parte (19%), o ante situaciones sobrevenidas (10%)”, desglosa el documento. Los más contrarios son los mayores de 60 años con menor formación, los más mayores y aquellos que se sienten más solos.

Más consenso hay sobre la necesidad de proteger las herencias, ya que “representan el esfuerzo de padres a hijos” que debe transmitirse generación tras generación. El 83% se pronuncia en este sentido, y solo un 7% opina que deberían desaparecer porque favorecen la desigualdad desde la cuna. En la misma línea, el 61% está a favor de eliminar el impuesto de sucesiones —paradójicamente, aquellos que se autoposicionan entre los más ricos y los más pobres son también los que más apoyan la supresión—, algo que ya han hecho varias comunidades, un 22% que se pague en función de los ingresos, un 10% de poner un impuesto bajo y solo un 0,5% de que sea elevado.

Hasta un tercio de los entrevistados se ha pronunciado a favor de la eliminación de la legítima para disponer totalmente de su herencia, una postura más arraigada entre los más jóvenes (de entre 60 y 64 años). El informe también toca el tema de las disputas familiares causadas por las sucesiones: el 90% aseguró que no hubo ninguna repercusión, pero cerca de un 45% dijo conocer casos en los que sí se generaron fricciones.

Solo un 12% de los encuestados espera recibir una herencia en el futuro, y sigue existiendo un tabú sobre los testamentos. Casi un 40% dice que es algo de lo que nunca ha hablado con sus familiares; únicamente un 4% afirma haber mencionado el tema. A la luz de todos estos datos, el documento concluye que en los próximos años el estudio de las herencias ganará peso ante los cambios que se están plasmando: nuevos modelos de familia, el progresivo envejecimiento de la población y la llegada a la jubilación del baby boom. “Es importante conocer si cambian o no las pautas en la transmisión del patrimonio familiar respecto a las generaciones precedentes”, zanja.

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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