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El control horario llega a la barra del bar

Gipuzkoa se convierte en el primer territorio en España que recoge en el convenio el registro horario en la hostelería. Los empresarios están obligados a facilitar el recuento del tiempo trabajado

Una camarera del bar Campus de San Sebastián acercaba el viernes su pulsera telemática para abrir la caja registradora.
Una camarera del bar Campus de San Sebastián acercaba el viernes su pulsera telemática para abrir la caja registradora.Javier Hernandez Juantegui
Mikel Ormazabal

Los camareros del bar Campus de San Sebastián estrenaron en 2020 la mascarilla anticovid y una pulsera telemática. Se ponían la primera para protegerse del virus y se abrochaban la segunda para registrar el cobro de las consumiciones que servían a los clientes. Tres años después, con la pandemia en horas bajas, han dejado de llevar mascarilla, pero siguen conservando el brazalete en la muñeca. Ahora llevan este dispositivo para que también conste la hora a la que entran y salen del trabajo. Este sistema de fichaje va a comenzar a ser obligatorio en todo el sector de la hostelería de Gipuzkoa, el primer territorio en España que lo va a imponer. “Es un sistema muy cómodo. Es lo más claro para todos, también para los empleados”, afirma el encargado de Campus, Alberto Vicente.

Desde mayo de 2019, todas las empresas españolas deben contar con un registro diario del horario laboral de sus empleados. No todas lo cumplen. En los bares y restaurantes es rara avis, dicen los sindicatos. En Gipuzkoa, los trabajadores del sector hostelero, unos 17.000, deben trabajar un máximo de 37,86 horas a la semana, según consta en el convenio. “La mayoría pasan de las 40 horas. Algunos nos vienen con más de 50 y 60 horas trabajadas. Y esto es habitual en verano o en Navidad”, asegura Mari Luz Rodríguez, del sindicato nacionalista ELA. Estos desarreglos quieren corregirse de raíz con el nuevo convenio que se firmó el viernes y estará vigente hasta 2026.

A los camareros del bar Campus, o a los del Gandarias, entre otros que aplican “con normalidad” el registro horario en San Sebastián, la medida no les va a suponer ningún cambio. Sí les afectarán otros acuerdos recogidos en el renovado marco laboral, como el aumento de los sueldos por encima del IPC. Quino Martínez, secretario general en la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa, afirma que lo que las centrales quieren trasladar como un logro “histórico” no lo es tanto, porque “un gran número de bares y restaurantes vienen aplicando el control horario [de sus empleados] desde hace tres años”. “No nos supone un mayor problema”, añade.

El sindicato mayoritario ELA (tiene el 55% de la representación en el sector) sostiene que “el fichaje de los trabajadores no existe”. Solo un millar de trabajadores están controlados por un sistema telemático, según esta central. En la mayoría de los casos, son los propios trabajadores los que llevan la cuenta de las horas que trabajan: “El nuevo convenio es un bum porque obliga a implantar el sistema telemático para registrar los horarios de los trabajadores. Además, los empresarios están obligados a facilitar el recuento horario. Es un avance social muy importante, mucho más que la subida salarial”, señala Rodríguez. El pacto laboral fue acordado el martes por los empresarios del sector con ELA, pero finalmente ha sido firmado este viernes por todas las centrales (LAB, CC OO y UGT). Cuando en Álava se renovó el convenio en 2018 no se recogió esta obligatoriedad. En Bizkaia se está negociando su inclusión. No existe otro convenio de hostelería en España que recoja esta medida, coinciden todas las partes concernidas.

La obligación de fichar en bares y restaurantes de Gipuzkoa se extenderá a todos los negocios, salvo aquellos con menos de cinco trabajadores y en los que su propietario tenga más de 61 años, aunque en todo caso estos “deben contar con un registro horario de conformidad con la legislación vigente”, consta en el convenio. El acuerdo establece un periodo de 12 meses para que los establecimientos adapten sus sistemas telemáticos a esta medida. “Deberán dotarse de equipos informáticos que no sean vulnerables y garanticen que los registros no se puedan manipular”, dice la representante sindical. Aquellos locales que no dispongan de la infraestructura necesaria, deberán dotarse de los equipos telemáticos necesarios para llevar un control diario de las horas que trabajan sus empleados. La asociación de hostelería, apunta Martínez, “buscará ayudas de las instituciones para que los propietarios puedan hacer frente al gasto que conlleva”. No obstante, precisa el representante de los hosteleros, la puesta en marcha del sistema de control fiscal TicketBai (un nuevo sistema de facturación que permite a la Hacienda foral controlar los ingresos de los comercios) ha animado a muchos negocios a impulsar la digitalización de los procesos de cobro y el control del horario laboral.

“Nosotros hacemos el registro horario desde octubre del año pasado”, afirma el dueño del bar Campus: “Hasta entonces solo se usaba la pulsera para acceder a la caja registradora, pero aprovechamos la tecnología para hacer el control horario. No hemos tenido ningún problema. Es muy cómodo y solo veo ventajas para todos”, afirma. En los dos bares que gestiona Vicente lo llevan los 19 empleados, incluidos los cocineros. “Utilizamos la misma pulsera para anotar los cobros y para fichar. Merece la pena la inversión. Y los empleados tienen acceso al recuento de las horas que meten”, señala Vicente.

El artículo 29 del convenio, que regula el “registro de jornada” en la restauración de Gipuzkoa, establece que “la empresa entregará copia del registro cada mes a la representación legal de los trabajadores y trabajadoras. Allí donde no exista representación se entregará a cada persona trabajadora que lo solicite”. Los sindicatos, advierte Rodríguez, van a “realizar un seguimiento minucioso del cumplimiento de esta obligación”, porque “hay que acabar con las jornadas interminables que algunos trabajadores realizan en la hostelería”. Precisamente, esta fue una de las anomalías que pretendía atajar el decreto ley de “medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo”, aprobado en 2019 por el Gobierno español.

Desde la entrada en vigor de esta normativa nacional, la Inspección de Trabajo del Gobierno vasco ha detectado 317 infracciones en cuatro años (109 el año pasado) en las 2.158 actuaciones que ha llevado a cabo para vigilar el cumplimiento de la obligación del registro de jornada en los centros de trabajo del País Vasco.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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