Funcas rebaja al 0,7% su previsión de crecimiento para la economía española en 2023 por la inflación y la subida de tipos

La cascada de revisiones a la baja del crecimiento de la economía española en 2023 continúa. El Banco de España rebajó a comienzo de mes sus previsiones en un punto y medio, hasta el 1,4%. Solo un día después, lo hizo el servicio de estudios BBVA Research, que prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) crezca apenas un 1% el año que viene. Y la semana siguiente le llegó el turno al Fondo Monetario Internacional, que cree que España crecerá un 1,2%. Este martes ha seguido esa senda la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). El centro de estudios considera que la economía avanzará un 4,5% este año, pero que se ralentizará en 2023, cuando sólo lo hará un 0,7%, lejos del 2% que pronosticaban hace tres meses. El Gobierno incluye en el cuadro macroeconómico del proyecto de Presupuestos una previsión de crecimiento del 2,1% para el próximo ejercicio.

“Es un enfriamiento importante de la actividad económica”, ha señalado el director general de Funcas, Carlos Ocaña, en la presentación por videoconferencia del informe. Los expertos del centro de estudios español prevén una recesión técnica —dos trimestres seguidos de contracción económica— para el final de este año y el comienzo de 2023. El informe apunta a tres grandes factores para explicar esta ralentización, todos ellos relacionados, de una forma u otra, con la inflación: la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, la crisis energética provocada por la invasión de Ucrania y la subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales.

El colchón de ahorro que se creó durante la covid-19 ya se ha consumido, ha apuntado Ocaña. Con unos ingresos que crecen por debajo de la inflación, “los hogares han tenido que tirar del ahorro”, ha señalado Raymond Torres, director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas. De acuerdo con el informe, la tasa de ahorro de los hogares se ha reducido ya hasta niveles próximos a antes de la pandemia, y no se prevé que mejore. Torres ha incidido en que el colchón de ahorro remanente está repartido de forma muy desigual y que es una incógnita saber si este se traducirá en consumo.

Para los expertos del Funcas, la inflación va a mantener el protagonismo económico en 2023. El Índice de Precios al Consumo (IPC) cerró septiembre en el 8,9%. El FMI pronostica que en 2022 sea del 8,8% y cierre el año que viene en el 4,9%. La previsión del Banco de España apunta a un 8,7% y un 5,6%, respectivamente. Como con las estimaciones de crecimiento, el Funcas es algo más pesimista: para 2022 la tasa media será de 9,1%, y la interanual alcanzará el 8,6% en diciembre. Para 2023, esperan que sea del 4,8%. La inflación subyacente —la que no tiene en cuenta ni el precio de la energía ni de los alimentos perecederos— en ese año será del 4,4%, según el organismo. “La inflación que vamos a ver el año que viene ya no es solo la consecuencia de que hayan subido los precios de la energía”, ha señalado el director.

Sin embargo, la razón de buena parte de la escalada de precios en España y en Europa sigue siendo el precio de la energía. Funcas advierte en su informe de los posibles parones en Alemania e Italia, más dependientes del gas ruso. Estos países se enfrentan a un corte del suministro “que casi con total seguridad originará una recesión”. El escenario contemplado por el think tank prevé una recesión en la zona euro del 0,2% en 2023, con unos precios energéticos que se estabilizarán —aunque seguirán altos— en la primavera que viene.

Riesgos por la subida de tipos

Ante la persistencia de la inflación, los principales bancos centrales han emprendido una senda de subida de tipos de interés en un intento de enfriar la demanda. Los expertos de Funcas, que prevén que el Banco Central Europeo llegue hasta unos tipos del 2,5% en el segundo trimestre de 2023, señalan estas alzas como factores del frenazo económico, y alertan de las consecuencias de pasarse de frenada. “Una excesiva subida de tipos de interés entraña un riesgo financiero”, ha advertido Torres, que ha recordado cómo la política monetaria en el periodo entre 2005 y 2008 llegó a generar una recesión. El modelo sobre el que trabaja el centro de estudios prevé que el gasto en intereses se incrementará en 5.000 millones para empresas, y que para las familias serán 2.500 millones.

Otro riesgo señalado por el informe es el déficit estructural español. Prevé que el desfase en las cuentas públicas descenderá este año por el juego de los estabilizadores automáticos y de la inflación. Sin embargo, en 2023 apenas se avanzará en la contención de los desequilibrios por el enfriamiento de la economía y la subida de las pensiones conforme al IPC. El informe prevé que este agujero ronde el 4,4% del PIB en 2023. “La política fiscal se enfrenta al desafío de afrontar los costes de la inflación y, a la vez, corregir los desequilibrios presupuestarios”, apuntan los expertos de Funcas. Torres ha insistido en centrar las medidas en sectores más vulnerables y evitar medidas universales, como las subvenciones a los carburantes, que “pueden ayudar a quien no lo necesita”. Para todo ello, apunta el informe, los fondos europeos serán de gran ayuda, aunque “de momento su ejecución es desigual”.

Con todo, ha apuntado el director de Coyuntura del centro de estudios, hay puntos de resistencia a los que aferrarse. Los riesgos de racionamiento energético en España son muy bajos, y el mercado laboral está funcionando bien. Funcas prevé que se creen otros 220.000 empleos netos entre julio de 2022 y diciembre de 2023. La tasa de paro, aunque alta, se mantendrá estable, ha apuntado Torres. “Esto importante desde el punto de vista social y desde el punto de vista financiero”. Aunque el economista también ha señalado el peligro de que la economía entre en una espiral de precios y salarios. Sobre esto, Ocaña ha insistido en la necesidad de un pacto de rentas “explícito” que reparta el peso de la inflación. Funcas prevé que los salarios privados crezcan un 3,5% el año que viene, 1,3 puntos menos que la inflación.