La hostelería y el ocio copan casi un tercio de los nuevos empleos
Canarias y Baleares son las comunidades autónomas más beneficiadas por la mejora del mercado laboral en 2021
El empleo se ha comportado como un bumerán durante la pandemia. Voló lejos de sus umbrales previos al virus conforme los confinamientos se imponían como la medida para contener los contagios, pero regresó cuando las reaperturas constataron que las autoridades optarían por un modelo menos agresivo de convivir con la crisis sanitaria. Entre los que han emprendido ese camino de vuelta muchos pertenecen a dos sectores especialmente damnificados: la hostelería y el ocio. Juntos sumaron 226.206 nuevos afiliados en 2021, casi uno de cada tres cotizantes añadidos, aunque sus trayectorias no han sido del todo simétricas: mientras la hostelería todavía cuenta con 45.000 trabajadores menos que antes de la crisis, las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento superan por poco sus niveles de empleo de febrero de 2020.
La estructura del empleo español no es por tanto una imagen calcada a la del despertar pandémico. Las sucesivas olas han hecho más evidente la precariedad presente en trabajos como el de camarero, muy expuestos a los vaivenes de cierres y aperturas, y hubo quien eligió salir de esa rueda para saltar a ámbitos como la logística o el transporte, muy necesitados de personal por el cambio de hábitos de consumo hacia el comercio electrónico —la categoría de transporte y almacenamento agregó en 2021 a 32.765 cotizantes, un 4,5% más—. Las restricciones por el virus también han desincentivado la continuidad en la hostelería de los que desarrollaban su actividad de manera sumergida: su posición de fragilidad les ha colocado en el disparadero y al margen de las ayudas y los ERTE cuando aparecen curvas y el negocio descarrila.
El resultado se vio este verano con la voz de alarma de algunos locales y patronales hosteleras, incapaces de cubrir las vacantes en temporada alta. A cierre de diciembre de 2021, el sector da trabajo a poco más de millón y medio de trabajadores, y trata de recuperar las constantes vitales con un incremento de la afiliación del 17,77% en el régimen general —el que más crece— y cercano al 1% en el de autónomos, pero marcha rezagado porque mientras España tiene más cotizantes que nunca —19,82 millones— la hostelería no ha vuelto a niveles prepandemia.
Acompañando a hostelería y ocio, aumentan también con fuerza los afiliados en información y comunicaciones (un 8,78% más), actividades profesionales científicas y técnicas (6,84%), actividades inmobiliarias (5,68%) y construcción (4,87%). Este último emplea hoy en España a 1,3 millones de personas, y ha sido uno de los más activos a la hora de pedir a las autoridades planes de formación para cubrir la alta demanda que espera afrontar en los años venideros por las numerosas obras de rehabilitación de edificios y construcción de infraestructuras —incluidas muchas de energías renovables— financiadas con los fondos de recuperación europeos. La patronal del sector CNC calcula que harán falta otros 700.000 trabajadores para que España sea capaz de levantar todo lo que necesita.
En cuanto a la Administración Pública, cerró el año con 52.120 empleados más, sobre todo debido al empujón del Estado, que engrosó su plantilla más de un 5%, frente al 1,5% de las autonomías y el 0,97% de los Ayuntamientos, aunque en términos absolutos fueron las comunidades las que más contrataron.
Canarias y Baleares encabezan la recuperación del empleo
Todas las comunidades autónomas incorporaron ocupados el año pasado, pero el hecho de que junio —el mejor mes para las afiliaciones y la reducción del paro desde el comienzo de la pandemia— fuera el más boyante ya da una idea de cuáles se beneficiaron más de la recuperación del mercado laboral. Canarias y Baleares, muy dependientes del turismo, aprovecharon el fin del estado de alarma para seguir restañando heridas durante el verano.
El impulso les ha situado a la cabeza de España en 2021. En Canarias, los afiliados crecieron en más de 50.000 trabajadores, un 6,43%, y en Baleares en más de 23.000 afiliados, un 5,52%, seguidas de los más de 160.000 de la Comunidad de Madrid (4,97%). Ese vigor contrasta con los datos de País Vasco (2,18%), Castilla y León (2,68%) y Asturias (2,71%), las que menos han incrementaron la afiliación.
En el caso del paro registrado han sido Baleares (-33%), Aragón (-25,86%) y Cataluña (-25,81%), por ese orden, las que más lograron rebajar el número de desempleados, con Canarias ligeramente por detrás. Mientras que País Vasco fue la que menos redujo el desempleo (-11,14%), seguida de Cantabria (-13,64%), Comunidad Valenciana (-15,13%) y Comunidad de Madrid (-15,45%).
Casos como el de Madrid, entre las primeras en afiliaciones pero por detrás en reducción del paro no son contradictorios. Las afiliaciones y el paro registrado son estadísticas que miden variables distintas y ni siquiera cierran el mismo día: en la afiliación a la Seguridad Social se toma la media mensual, y en el paro se tiene en cuenta el último día.
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