La aplicación de un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades afectará a menos del 1% de las empresas
La medida alcanzará a cerca de 12.000 empresas, pero el grueso de ellas ya tributa por encima del porcentaje que el Gobierno ha decidido fijar
El tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades que se incorporará al proyecto de Presupuestos de 2022 afectará solo a las grandes compañías: el 1% del tejido empresarial, que sin embargo supone el 60% de la recaudación. Pero tendrá un efecto limitado para las arcas públicas. El tipo mínimo se aplicará sobre la base imponible, como confirmó el martes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el grueso de estas compañías ya tributa por encima de ese porcentaje.
El tipo medio efectivo que pagan estas empresas sobre la base imponible es del 21,5%, según la última estadística de Cuentas anuales consolidadas del impuesto de sociedades de la Agencia Tributaria, relativa a 2018. Si el cálculo se realiza sobre el beneficio, el tipo medio es notablemente más bajo: el 9,5%.
El diseño que prevé aplicar el Gobierno va en línea con el contemplado en el proyecto de Presupuestos de 2019 que no logró aprobarse en el Congreso, según aseguran distintas fuentes gubernamentales. Ese esquema preveía un suelo de tributación del 15% para todas las empresas integradas en grupos o que facturaran más de 20 millones anuales: 12.247 compañías, que suponen el 0,7% del total de los más de 1,5 millones de sociedades que declaran el impuesto.
En concreto, 5.521 son grupos consolidados, que acaparan la mitad de la facturación de todo el universo empresarial y casi el 60% de los beneficios, pero solo un 32% del impuesto pagado por todas las empresas. Las multinacionales españolas tributaron en 2018 a un tipo efectivo medio sobre el beneficio del 5,26%; del 4,22% las más grandes, con ingresos superiores a los 1.000 millones. El tipo medio efectivo sobre la base imponible, sin embargo, es mucho más elevado: el 19,3% para el total de grupos. Más de cuatro puntos por encima del suelo que defiende el Gobierno.
La diferencia entre ambos tipos se debe a que la base imponible se determina tras aplicar varios ajustes sobre el resultado contable positivo, es decir, el beneficio. Eso porque las ganancias que las empresas obtienen por sus filiales en el extranjero están casi exentas de tributar en España, aunque en esas jurisdicciones el tipo nominal del impuesto sea inferior al vigente aquí —un 25%, que se eleva al 30% para bancos y empresas de hidrocarburos—. En 2019, la exención por doble imposición sumó 153.080 millones (casi 123.000 de ellos de grupos). Las empresas también pueden compensar las bases negativas de periodos anteriores, una cifra que en 2019 fue de 26.620 millones.
En los Presupuestos de este año se limitó la exención por dividendos y plusvalías en el extranjero del 100% al 95%. La previsión de recaudación contenida en las cuentas es de 473 millones para este año y 1.047 millones en 2022.
Las empresas que no están integradas en grupos y facturan más de 20 millones eran 6.726 en 2018. Las que facturan entre 20 y 100 millones tributaron en 2018 por un tipo efectivo medio del 22,5% sobre base imponible; del 20,6% aquellas con ingresos entre 100 y 500 millones; del 24% las firmas con cifra de negocios entre 500 y 1.000 millones y del 22,3% las que facturan por encima de ese umbral. Si se toma como referencia el beneficio, los porcentajes son inferiores, pero más elevados que los de las empresas integradas en grupos: las empresas que facturaron entre 60 y 1.000 millones abonaron un tipo medio efectivo inferior al 15%; las que tienen una cifra de negocio de entre 20 y 60 millones y de más de 1.000 millones tributaron más del 15%.
El fallido proyecto de Presupuestos de 2019, cuya propuesta sobre el impuesto de sociedades quiere recuperar el Gobierno, no desglosaba qué ingresos aportaría un tipo mínimo del 15%; solo incluía una estimación de lo que recaudarían conjuntamente esta medida y la limitación de la exención del 100% al 95% por doble imposición: 1.776 millones. Pese a ello, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, avanzó este martes en una entrevista que el suelo del 15% aportará entre “3.000 y 8.000 millones de euros, lo que acercaría a España a la media europea en materia de recaudación fiscal”. Expertos en fiscalidad aseguran que un tipo mínimo del 15% tal y como se contemplaba en las fallidas cuentas de 2019 no recaudaría ni de lejos esos importes, salvo que se introduzcan medidas complementarias. Por ejemplo, limitar las deducciones por pérdidas o aplicar una ulterior rebaja en la exención por dividendos y plusvalías, hasta el 90%, como se aplica en Alemania.
En un principio, el ala socialista del Gobierno se resistió a incorporar el tipo mínimo del 15% en los Presupuestos, pese a que se contempla en el acuerdo de coalición, alegando que había que esperar a las conclusiones del comité de expertos, a inicios de 2022, para la reforma fiscal. Finalmente, el PSOE dio su brazo a torcer ante la insistencia de Podemos, que tachó el cambio fiscal de “imprescindible”. El diseño final de la medida aclarará su alcance.
Negociaciones internacionales
En julio se alcanzó un consenso a nivel internacional sobre un tipo mínimo de sociedades de al menos el 15% a las grandes multinacionales. Los detalles del nuevo esquema —en el que trabajan la OCDE y el G-20—, como la determinación de la base sobre la que calcular el impuesto, está sin embargo pendiente de definir.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró el martes que el tipo mínimo que se aprobará en los Presupuestos de 2022 se adaptará en el futuro a las conclusiones del grupo de expertos para la reforma fiscal y a los acuerdos internacionales: “Hemos utilizado la redacción más simplificada que se vaya a tener sobre esta figura al objeto de que, si en un futuro la directiva europea, otros acuerdos internacionales o las recomendaciones de expertos plantean otra cuestión, la incorporaremos a lo largo de la reforma fiscal”.
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