Los cuatro escenarios donde la economía española se la juega
La vicepresidenta Nadia Calviño desvela hacia dónde mira el Gobierno para salvar la recuperación
Un rascacielos acristalado en Fráncfort. El bar de la esquina de cualquier ciudad española. La fábrica de un desconocido pueblo belga. Y hasta un juzgado de Karlsruhe. La recuperación de la economía española se juega en diversos escenarios. Son, siguiendo el orden anterior, la sede del Banco Central Europeo, los negocios que dependen de la agilidad de las ayudas directas para sobrevivir, uno de los grandes centros de producción de las vacunas que deben inmunizar a los europeos y el Tribunal Constitucional alemán, que amenaza con retrasar la entrega de los fondos comunitarios del plan de recuperación. Durante el jarro de agua fría que supuso este viernes la rebaja de las previsiones económicas para 2021 por parte del Gobierno español en más de tres puntos (auguran que el PIB avanzará un 6,5% en lugar del 9,8% de octubre), la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, enumeró cuatro factores como fundamentales para el devenir económico de España, todos ellos vinculados con los escenarios arriba mencionados.
La campaña de vacunación. Las previsiones del Gobierno ya están sobre la mesa: 33 millones de españoles vacunados con la pauta completa a finales del mes de agosto —el 70% de la población—, que podrían ser más, dado que el Ejecutivo considera esos cálculos “prudentes y conservadores”. Pero las incertidumbres persisten. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha encontrado “posibles vínculos” entre casos muy raros de trombos y la vacuna de AstraZeneca, e investiga cuatro casos similares con la vacuna de Janssen. La probabilidad de sufrir este tipo de dolencia es tan pequeña que la EMA ha insistido en que los beneficios siguen siendo muy superiores a los riesgos, pero el miedo ya se está dejando notar: Madrid asegura que apenas un tercio de los citados el jueves acudió a vacunarse con AstraZeneca, aunque otras comunidades calculan un impacto mucho menor.
Mientras tanto, Bruselas reitera que incluso sin emplear el inyectable de la firma anglosueca, la UE estaría en disposición de alcanzar ese umbral del 70% este verano, pero la pérdida de confianza en uno de los grandes suministradores no es una buena noticia: la temporada turística de verano depende en gran medida del grado de inmunización. El Reino Unido, primer emisor de turistas a España, ultima una lista de los países a los que podrán viajar los británicos en verano sin tener que pasar después una cuarentena. Londres, que todavía prohíbe los viajes de ocio al exterior y no ha puesto fecha a su reactivación, la dará a conocer en mayo, y para elaborarla utilizará como criterios el ritmo de la campaña de vacunación, la incidencia de contagios y la presencia de variantes del virus. Si España no está entre los destinos considerados seguros para viajar, y por tanto libres de cuarentena, la premisa bajo la cual el Gobierno español ha elaborado la previsión de crecimiento puede tambalearse: calcula para este año la llegada de cerca de la mitad de turistas internacionales respecto a 2019.
El plan de recuperación europeo. La noticia de que el Tribunal Constitucional alemán decidía bloquear de forma provisional la ratificación del plan de recuperación europeo no sentó nada bien en los países más afectados por la pandemia, necesitados de la llegada de esos subsidios cuanto antes. Pocos dirigentes europeos dudan de que, de un modo u otro, los fondos acabarán finalmente desembolsándose, pero en un instrumento concebido para reaccionar en tiempos de crisis, los retrasos se miden en pérdida de puestos de trabajo y desaparición de empresas. El agravio comparativo con EE UU, que ya ha repartido tres cheques a decenas de millones de ciudadanos, ha desplegado un estímulo mucho mayor, y vislumbra una recuperación más veloz, vuelve aún más exasperante la lentitud europea.
Junto al flanco externo de la necesaria ratificación del plan por parte de las capitales, también existen problemas internos. Calviño ha insistido en que el Gobierno ha adelantado vía deuda los fondos para este año que luego le facilitará Bruselas, pero su ejecución está incumpliendo las previsiones del Gobierno. En octubre esperaba que sumaran al PIB de este año 2,6 puntos, y ahora traslada a 2022 parte de esos beneficios: estima que proporcionarán al PIB un empujón del 2% de media en 2021 y 2022, sin aclarar cuánto corresponde a cada año. España debe ejecutar 140.000 millones de euros entre 2021 y 2026, y busca realizar inversiones que no solo actúen como parche para la crisis, sino que aumenten la resistencia de la economía a medio plazo.
Estabilidad financiera global. El Banco Central Europeo ha mantenido las primas de riesgo a raya durante la crisis pese a que la deuda pública no ha cesado de subir. Nadia Calviño llamó este viernes a proseguir con las actuales políticas monetarias y fiscales expansivas a nivel global, aunque señaló que no cree que exista riesgo de una retirada prematura, dado que en las reuniones de primavera del FMI, el G20 y el Banco Mundial ha habido unanimidad sobre su continuidad. Las restricciones que siguen frenando la actividad de los socios de la UE, grandes consumidores de bienes y servicios españoles, son ahora mismo una de las grandes preocupaciones en el ámbito comercial. Por el contrario, fuera de Europa las noticias son positivas. Las expectativas de crecimiento mundial suben animadas por nuevos planes de estímulo como el lanzado recientemente por el presidente de EE UU, Joe Biden, de 1,9 billones de dólares, y el comercio mundial se recupera más rápidamente de lo que se esperaba, lo que puede tener un impacto positivo en las exportaciones y el crecimiento de España, según la ministra.
El daño estructural al tejido productivo. La última de las grandes preocupaciones es la capacidad de los mecanismos de apoyo a pequeñas empresas y autónomos para frenar su desaparición y la destrucción de empleo. La efectividad del paquete de 11.000 millones de euros aprobado por el Gobierno para rescatar empresas viables, de los cuales 7.000 millones se dedicarán a ayudas directas entregadas por las comunidades autónomas, está por demostrar, así como si la cuantía es suficiente o se queda corta para evitar la quiebra de firmas rentables, y el posible contagio al sector financiero en forma de morosidad. Como declaró Calviño, la duración de la pandemia será un factor clave para saber cuántas piezas desaparecen del tablero y no resisten hasta la gran reapertura libre de restricciones que presumiblemente debe producirse una vez se alcance la inmunidad suficiente.
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