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Un tercio de los bancos de peces están sobreexplotados

La situación se ha deteriorado respecto a la última evaluación hace dos años. El sector de la acuicultura sigue en expansión mientras la pesca experimenta un ligero descenso

Pescado para subasta en Fiumicino (Italia).
Pescado para subasta en Fiumicino (Italia). ©FAO/Giulio Napolitano
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El 33,1% de los bancos de peces se explota de forma insostenible, según el último informe de la FAO (agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura) sobre el estado de la pesca y la acuicultura en el mundo. Esto es, un tercio de las especies analizadas (un 2% más que dos años antes) se pesca de manera que no permite su repoblación de forma natural. "Ese es el mensaje más negativo. Porque conseguir que toda la pesca sea sostenible es prácticamente imposible, pero estamos yendo en dirección contraria", apunta Manuel Barange, directivo de la agencia.

El informe bienal de la organización sobre el sector, publicado este lunes con los datos de 2015 y 2016, considera "poco probable" que se puedan "reconstruir" esas poblaciones en un futuro próximo. Porque lograrlo, advierte, lleva tiempo: entre dos y tres veces el periodo de vida de los peces. Los niveles más altos de capturas insostenibles se detectan en el Mediterráno —"sobre todo por la inestabilidad política", en palabras del experto de FAO—, el Mar Negro, y ambos lados de Sudamérica, mientras que las zonas mejor gestionadas están repartidas por el resto del Océano Pacífico. La pesca ilegal contribuye a agravar el problema.

"La sobreexplotación tiende a empeorar en los países en desarrollo, y eso nos preocupa, porque además esos países, aunque solo sea por el crecimiento de la población, van a necesitar mucho más pescado en las próximas décadas", observa Barange. "Pero, al mismo tiempo, en los países desarrollados vemos una mejora. Eso demuestra que una buena gestión da sus frutos y que sabemos cómo hacerla: cuando hay voluntad política y fondos, la cosa funciona".

El estado mundial de la pesca y la acuicultura confirma las tendencias de la anterior edición. En 2016 se produjeron en el mundo 171 millones de toneladas de pescado, con un valor de primera venta de 362.000 millones de dólares. La acuicultura sigue en expansión mientras las capturas marinas se mantienen, aunque con un ligero descenso (de 92,7 millones de toneladas en 2015 a 90,9 en 2016). "Pero hay un avance importante: el porcentaje de todo ese pescado que se dedica a la alimentación humana es ya del 88%", señala Barange. "Y hemos conseguido reducir mucho las pérdidas antes de llegar al plato y ser más eficientes", agrega. El otro 12% se dedica principalmente a producir harinas y aceites de pescado no destinados a la mesa.

De esa gran mayoría del pescado que sí acaba en los platos, más de la mitad (53%) proviene del cultivo de animales acuáticos, gracias sobre todo al enorme desarrollo del sector en las últimas décadas. "Tenemos que continuar con ese crecimiento, pero no solo en Asia y no solo en China", opina Barange. "En otros lugares, y en África en particular, puede ser una gran baza para la seguridad alimentaria de las próximas décadas. Pero para eso hacen falta infraestructuras, apoyo técnico y, sobre todo, financiación".

Un futuro que pasa necesariamente por la evolución del gigante asiático, responsable de más de la mitad de la producción global en acuicultura y de casi el 17% de las capturas marinas. "Es importante lo que haga China, y ya han dicho que en los próximos años van a reducir la actividad en ambos subsectores [el último plan quinquenal prevé una bajada de cerca de cinco millones de toneladas para 2020]. Pero el impacto de esas decisiones a nivel mundial dependerá de lo que hagan otros países", explica el experto de la FAO.

Mientras tanto, el consumo de pescado per capita sigue en aumento: el mundo ha pasado de nueve kilos por persona y año en 1961 a una estimación de entre 20,3 y 20,5 en 2016. La mayor cantidad se registra en algunas pequeñas islas de Oceanía, con casi 50 kilos. Las más bajas, en Asia central y otros países sin acceso al mar, con poco más de dos kilos. Las especies más pescadas fueron el abadejo de Alaska (Theragra calcogramma) y la anchoveta de Perú (Engraulis rigens), a pesar de que las capturas de esta última cayeron un 51% en 2016 respecto a la media de la década anterior, sobre todo por los efectos del fenómeno de El Niño.

España, con algo más de 905.000 toneladas, es el 19º país que más pesca en el mar, tras registrar un descenso del 5,6% en las capturas entre 2015 y 2016.

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