“La tecnología presiona el sistema fiscal”
"Existe rabia y frustración de los contribuyentes, pero los políticos han escuchado su enfado”
La gente está desbordada con un escándalo tras otro de ricos que no pagan impuestos, porque esconden su dinero porque hacen trampas con las reglas. Existe rabia y frustración”, admite Pascal Saint-Amans (Désertines, Francia, 1968). Pero también existe ilusión. “Los políticos han escuchado este enfado y de ahí la enorme prioridad que tienen los estándares de transparencia impositiva. Y estamos viendo resultados”. El responsable fiscal de la OCDE es el arquitecto de la iniciativa BEPS (erosión de la base imponible y traslado de beneficios), que trata de evitar que, sobre todo, los gigantes tecnológicos utilicen sus ingentes recursos y su capacidad lobista para tributar una miseria en los territorios donde obtienen sus ingresos. La lucha por un mundo más justo.
Pregunta. ¿Gravar el capital será la clave para reducir la fractura de la inequidad?
Respuesta. La tributación sobre esa partida es una herramienta importante para promover la igualdad, pues los ciudadanos que están en la parte más alta de los ingresos a menudo tienen ganancias superiores por las rentas del capital que por las del trabajo. Un reciente informe de la OCDE destaca la importancia de conseguir un graven más neutral para todos los ingresos procedentes de esa primera vía. En especial en algunos casos en los que existen leyes que favorecen el tratamiento fiscal de ciertos tipos de activos que resulta más probable que estén en posesión de los ricos. Una buena noticia es que estamos comprobando cómo las autoridades fiscales han reducido los riesgos de elusión y evasión, lo que ha mejorado la capacidad de los Gobiernos de gravar los flujos de dinero.
P. ¿Es posible que las grandes plataformas tecnológicas paguen unos impuestos justos? ¿O dado sus inmensos recursos siempre encontrarán formas para evitarlo?
R. El mundo ha cambiado mucho en los últimos 100 años, y particularmente en los pasados 20. Además la globalización y las nuevas tecnologías facilitan la creación de modelos de negocio que han sometido a la actual arquitectura fiscal a una gran presión. Por eso lazamos en 2013 la iniciativa BEPS. Una propuesta dirigida a responder a estos nuevos restos que se sustenta en el principio de que el impuesto tiene que pagarse allí donde ocurre la actividad económica y la creación de valor. Estos principios dieron lugar, años después, a una serie de medidas que más de 110 países y jurisdicciones se han comprometido a implantar.
P. Resulta evidente que hace falta un nuevo paradigma fiscal. ¿Cuáles serían sus características?
R. Inclusividad, transparencia y equidad.
P. ¿Cree que la sociedad entiende que aún existan los paraísos fiscales, que las grandes plataformas tecnológicas apenas paguen impuestos y que lo ricos tengan cientos de formas de eludirlos?
R. Estoy de acuerdo con que esa es la visión de la opinión pública. La gente se siente desbordada con un escándalo tras otro de ricos que no pagan impuestos, porque esconden su dinero porque hacen trampas con las reglas. Existe rabia y frustración entre honestos contribuyentes que se esfuerzan mucho y que tratan de dar la mejor vida posible a sus familias. Personas que abren el periódico y leen sobre sombríos bufetes de abogados y bancos corruptos que son cómplices de la evasión de impuestos y la elusión fiscal a gran escala. Pero también resulta importante saber cuál ha sido la repuesta. Los políticos han escuchado este enfado y de ahí la enorme prioridad que tienen los estándares de transparencia fiscal y la iniciativa BEPS. Y estamos viendo resultados. El secreto bancario es parte del pasado. Se está implementando la BEPS. Los regímenes fiscales preferenciales están desapareciendo, y se está compartiendo información sobre los acuerdos entre la Administración y los contribuyentes. Este verano se producirá un intercambio de informes que, país por país, indican dónde las multinacionales obtienen sus beneficios y a cuánto ascienden. El contraste con una década atrás es enorme. Gran parte de las historias son antiguas. Las transacciones que aparecen en los Papeles de Panamá se remontan a principios de los años setenta. Los problemas tienen más presencia en la prensa que los avances. Pero estamos trabajando duro y hemos hecho grandes progresos.
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