Fitch alerta de la “volatilidad financiera” en México por el proceso electoral
La agencia de rating ve "riesgo" de ralentización de las reformas estructurales, reorientación de la política económica y mayor gasto fiscal si gana López Obrador
"Resiliencia" es la palabra del año en los círculos económicos mexicanos. La actividad crece a un ritmo lento pero constante —algo que los analistas ponen en valor en un contexto de incertidumbre en casi todos los frentes, como el actual— y la prudencia fiscal, monetaria y regulatoria se ha impuesto en las dos últimas décadas, desde que el tequilazo —la crisis financiera de mediados de la década de los noventa— dejase a las finanzas públicas del país norteamericano en una posición comprometida frente al resto del mundo. En ese contexto, la agencia estadounidense de calificación de riesgos Fitch ha reafirmado este viernes la nota soberana de México en BBB+ con perspectiva estable, tres peldaños por encima del bono basura, al tiempo que ha alertado de la "volatilidad" durante la campaña electoral para los comicios presidenciales del próximo 1 de julio.
"Los resultados de las próximas elecciones presidenciales pueden plantear algunos riesgos", subrayan los técnicos de Fitch en un completo informe en el que pasan revista a las principales constantes vitales de la economía mexicana. "Bajo una Administración encabezada por el candidato izquierdista, Andrés Manuel López Obrador, los riesgos sobre una potencial ralentización en la implementación de las reformas (especialmente en el sector energético), una reorientación de la política económica hacia una mayor intervención pública y un mayor gasto fiscal no pueden ser descartados".
Como resultado de la incertidumbre electoral —López Obrador (Morena) aventaja en los sondeos a sus dos rivales en las urnas, Ricardo Anaya (Por México al Frente, una coalición de partidos de centroderecha, centroizquierda y centro) y José Antonio Meade (PRI), los preferidos por la mayoría de inversores—, la calificadora estadounidense alerta de la "intensificación de la volatilidad en los mercados" en los meses previos y posteriores a la cita con las urnas. "[La mayor volatilidad] representa otro viento de cara para el crecimiento y la inversión, pero los controles y equilibrios [checks and balances] institucionales, un Congreso probablemente dividido y las salvaguardias institucionales para algunas reformas institucionales podrían evitar una salida rápida y marcada [de inversiones]" en caso de victoria del candidato de Morena, opina Fitch.
Más allá de la incertidumbre sobre el resultado electoral, que crecerá a medida que se acerquen los comicios, la agencia con sede en Nueva York destaca la inseguridad en torno al desenlace de las negociaciones para la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que une a México con Estados Unidos y Canadá desde 1994. El escenario sigue siendo el de la continuidad, pero no se atreve a descartar la temida ruptura con la que tantas veces ha amagado Donald Trump para forzar a sus socios a sentarse a la mesa negociadora y aceptar sus exigencias. Según los cálculos del banco de inversión Morgan Stanley, en caso de salida de EE UU del acuerdo las exportaciones mexicanas a su vecino del norte soportarían un arancel medio del 2,4% —aunque muy variable por sectores—, mientras que las exportaciones estadounidenses al país latinoamericano encararían un gravamen promedio del 4,7%. Pero no es eso lo que más le preocupa a Fitch: "Incluso en ese escenario, en el que la mayoría de las exportaciones mexicanas enfrentarían aranceles relativamente modestos bajo el principio de la nación más favorecida [que establece la OMC], la incertidumbre provocaría volatilidad en el precio de los activos y, potencialmente, dañaría las perspectivas de crecimiento e inversiones en México", subrayan los analistas de la firma de calificación de riesgos.
Fitch valora la "diversificación" de la economía mexicana, a pesar de que casi la cuarta parte del PIB mexicano depende de su relación comercial y de inversiones con la primera potencia mundial, y aplaude las políticas encaminadas a asegurar la estabiidad macroeconómica y a frenar los desequilibrios. "La economía mexicana ha sido resiliente a una multitud de shocks en los últimos años", destaca el informe presentado este viernes. "El PIB creció a una tasa real del 2% en 2017 y pronosticamos que se mantendrá en una media del 2,4% en 2018 y 2019". La cifra, ligeramente inferior a las previsiones de la mayoría de organismos internacionales (OCDE, FMI y Banco Mundial, entre otros), está sujeta a un desenlace positivo en las conversaciones para la actualización del TLC.
"Estas fortalezas contrarrestran las presiones sobre el rating de México, que abarcan desde el moderado crecimiento económico, las debilidades estructurales en sus finanzas públicas (una baja base de ingresos en comparación con sus partes y una moderadamente alta, aunque declinante, dependencia del petróleo), la escasa penetración del crédito y la debilidad institucional que se observa en la elevada incidencia de la corrupción y de la violencia vinculada con las drogas", completan los economistas de la agencia estadoundiense.
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