La mujer dedica el doble de horas que el hombre al trabajo no pagado
Las mujeres destinan 26,5 horas a la semana a cuidar a hijos o familiares, tareas domésticas y colaboraciones sin sueldo en ONG, frente a las 14 horas de ellos
El tiempo que las mujeres dedican a trabajos sin remuneración casi duplica al de los hombres: ellas destinan 26,5 horas a la semana, frente a las 14 horas de ellos. Ese tiempo es el que se emplea en cuidar a hijos o familiares, tareas domésticas, cursos y colaboraciones sin sueldo en ONG, por ejemplo, según el INE. Tengan hijos o no y al margen de si en casa trabajan ambos, las mujeres casi duplican a los hombres en el tiempo que dedican a este tipo de labores. La única situación en la que los hombres dedican un tiempo parecido a estas tareas (11 horas, frente 13,3 horas de ellas) es cuando no tienen pareja.
La desigualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral se puede medir de varias formas. Una es la brecha salarial, que concluye que las mujeres ganan de media un 23% menos. Fuera, en los trabajos no remunerados, una vara de medir puede ser el tiempo dedicado a tareas por las que no se cobra: cuidar a hijos o familiares dependientes, cocinar, limpiar la casa, cursos de formación... También en este caso, las mujeres salen peor paradas: el resultado agregado dice que ellas dedicaron 26,5 horas a la semana en 2015 sin remuneración, casi el doble que los hombres, según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, recogida en un documento de este organismo que ha divulgado recientemente.
El análisis detenido de estos datos muestra que esta situación no está especialmente relacionada con la condición laboral, ni con el hecho de que son las mujeres las que más trabajan a tiempo parcial. También ellas duplican el tiempo de trabajo no remunerado cuando tienen empleo de media jornada (29,6 horas por 13,9). E incluso cuando están a jornada completa (25,2 horas frente a 13,9).
En la misma línea está el hecho de que son las mujeres las que trabajan más horas en tareas no remuneradas en todas las situaciones personales, familiares y laborales. Solo hay cierta proximidad cuando ambos géneros no tienen pareja ni hijos (11 horas por 13). A partir de ahí, con hijos o pareja, son ellas las que asumen la mayor parte del trabajo. Por ejemplo, las horas que un hombre cuya pareja no trabaja destina a estas tareas bajan a seis a la semana. Las de una mujer con una pareja sin empleo son 17,2, un 186,7% más.
Pero no es en estas circunstancias personales cuando el tiempo destinado a trabajo no pagado es mayor. La diferencia entre ambos sexos crece cuando llegan los hijos. Y lo hace especialmente cuando hombre y mujer no tienen pareja, pero sí descendencia, es decir, entre personas divorciadas o cabezas de familia monoparentales. En este caso, las mujeres dedican a la semana 31,9 horas al trabajo no remunerado. Los hombres, 13,5 horas. Es decir, ellas dedican 18,4 horas más. Se reduce algo la diferencia cuando ambos tienen pareja, trabajo e hijos. En estas circunstancias, ellos trabajan sin remuneración 20,8 horas. Ellas lo hacen 37,5.
Toda esta situación se invierte, aunque la brecha en horas sea mucho menor, cuando se habla de empleo a cambio del que sí se recibe un salario. Entonces son los hombres los que trabajan más horas tanto a tiempo completo (42,4 horas a la semana frente a 39,3) como a jornada parcial (22,7 horas por 21,6). Detrás de estos números, y del mayor número de mujeres que trabajan a media jornada (el 74% de 2,8 millones de empleos) hay una parte importante de la explicación de la brecha salarial.
La igualdad llega con los nietos
Las mujeres dedican, de media, más tiempo al trabajo no remunerado que los hombres en todas las circuntancias vitales que recoge el INE en la encuesta de condiciones vida: con pareja o sin ella, con hijos o sin ellos, con empleo pagado o sin él. También ellas superan a ellos si se analiza a qué dedican ese tiempo en las tareas del hogar (cuidado y educación de los hijos, cocinar o limpiar la casa y cuidar a familiares). La situación solo se iguala cuando llegan los nietos. En ese momento, abuelos y abuelas dedican el mismo tiempo a los hijos de sus hijos: 16 horas a la semana.
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