Los lastres de nuestra candidatura
La óptica personalista ha obviado las alianzas para lograr una cúpula del BCE de línea Draghi


A veces hay que encajar decisiones gubernamentales que a la larga puedan perfilarse como nocivas. Son los gajes del análisis duro e incómodo, pero nunca trabucaire, porque se plasma en un papel que ejerce como referencia internacional de este país.
Así que quizá tan importante como el qué de la candidatura española a la vicepresidencia del BCE sea el cómo. ¿Vamos a aprender de nuestros errores de método? Ahí va una tentativa de radiografía.
El primer error es el personalismo con que se fraguó la candidatura. Como si no hubiese opciones alternativas.
La prospección se ha realizado desde esa óptica, desde la oportunidad que suponía para un determinado alto cargo (y por ende, claro, español). No desde el análisis del paquete de cinco puestos ejecutivos cuyo relevo se abre ahora, hasta otoño de 2019. Que es el (mejor) enfoque metodológico de los franceses.
La primera apuesta debiera haber sido qué tipo de perfil de presidente del BCE conviene más a Europa (y a España), porque es ese cargo el más importante, a una distancia abismal del resto. Y solo luego macerar hipótesis para otros, en cascada.
No se trataba de candidatar a ese puesto a un español. Sino de apoyar a quien mejor prolongue (creativamente) la estupenda línea seguida por Mario Draghi.
A saber, una política monetaria expansiva, favorable al rescate de la periferia vulnerable, a una plena unión monetaria, reclamando una política fiscal activa, e incentivando el crecimiento económico y el empleo.
Porque si al cabo quien sustituye a Draghi es un ordoliberal alemán (o sucedáneo), ontológicamente favorable a la política restrictiva y al rigor mortis (con una desmedida mayor factura de intereses para la abultada deuda pública de este Gobierno), apaga y vámonos, ¿para qué necesitamos a paisanos listos en puestos de relumbrón, pero más simbólicos que determinantes?
El Gobierno buscó la ocupación de poltronas que le vindique de humillaciones pasadas —explicable nacionalismo subyacente, pero nacionalismo al cabo—, que concordar los intereses españoles con los europeos, esa pasión del europeísmo abierto.
De ahí vienen los lastres que acompañan a la candidatura presentada este miércoles. Carente de consenso transpartidario previo, como en el pasado más digno; sobrada de politicismo, al tratarse de un ministro (en ejercicio aún hoy); escasa en garantías a la independencia del BCE, dada su trayectoria respecto al banco emisor local (ninguneo y desprecio al Banco de España en la crisis de las cajas).
Lecciones también para toda la eurozona. La singular peculiaridad política de nuestra candidatura debería inclinar al Eurogrupo a pasar de su siniestra opacidad a la máxima transparencia (al menos para los cargos que aún no van al bombo).
Ni un solo nombramiento más sin audiencia pública a todos los aspirantes, ninguna candidatura sin contraste previo, ningún acta sin detalles razonados. Y un compromiso de todos de aceptar como vinculantes los dictámenes —consultivos— del BCE y del Parlamento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Más información
Archivado En
Últimas noticias
Los grandes perdedores del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
¿Qué está pasando en Nigeria? Claves del ataque estadounidense contra el Estado Islámico
Zelenski y Trump volverán a hablar para alcanzar un acuerdo sobre el futuro de Ucrania
El Gobierno acelera la reforma de la financiación para salvar la legislatura (y apaciguar a los socios)
Lo más visto
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- Junqueras avisa de que la recaudación del IRPF es “imprescindible” para negociar los presupuestos de Sánchez e Illa
- Timothy Morton, activista: “Estados Unidos es un gigantesco campo de concentración”
- La obsesión de Trump por poner su nombre a todo carece de precedentes en Estados Unidos































































