A un clic del buen jamón ibérico
El proyecto de dos hermanos de vender ‘online’ productos cárnicos mejora sus resultados tras unos comienzos difíciles
Cuando los hermanos Andrea y Francisco González arrancaron en 2013 su tienda online de productos gourmet, especializada en jamones, se encontraron con grandes dificultades. “Lo primero fue buscar la materia prima, que nos resultó muy complicado. Las empresas productoras de jamones eran reacias a vendernos y nos veían como extraterrestres cuando le contábamos nuestra idea de negocio”, recuerda Andrea González. Sin embargo, solo cuatro años después, las tornas han cambiado y ahora son los grandes del sector los que llaman a su puerta para vender en Jamonprive.
La idea de crear la tienda online surgió en un viaje familiar. En aquel momento, Andrea era subdirectora de la línea de hombre de Mango a nivel mundial y Francisco había trabajado en banca, para Morgan Stanley, y tenía negocios online e inmobiliarios en Estados Unidos. Pese al éxito profesional cosechado, ambos sentían la necesidad de dar un vuelco a su carrera. “Hablamos sobre la demanda creciente del jamón fuera de España y pensamos que podía ser un buen negocio”, dice Andrea, que decidió dejar su trabajo para embarcarse en esta aventura. Su hermano sí mantuvo otros negocios online e inmobiliarios, aunque también se volcó por completo. “Creía en el proyecto y unimos nuestras habilidades. Andrea en contabilidad y ventas y yo en tiendas en la red y marketing”, explica Francisco.
Al inicio, una de las bases para la nueva compañía era conseguir buenas marcas que quisieran vender en su web. “Todo eran pegas y muchas dudas. Me contagiaron y me hicieron pensar que podía no salir adelante nuestra idea”, recuerda Francisco González, que añade: “Durante la crisis, la empresas se encontraron con muchos impagos y eso les hacía dudar de un negocio que solo vendería por Internet”. En su búsqueda de productos, recorrieron durante meses los principales puntos de producción de jamón en España. “La gente no se reía de nosotros, pero casi. Sobre todo la generación antigua. Con ellos era casi imposible trasladar nuestra idea de negocio”, reconoce Francisco.
En esos meses de prueba y selección de la materia prima vivieron cierta sensación de impotencia ante la respuesta incrédula del sector. “Muchos lo veían como una pérdida de tiempo y nos decían que ni lo intentáramos”, insiste Andrea. Sin embargo, encontraron una pequeña fisura. “Cuando hablábamos con alguien más joven si nos entendía y poco a poco pudimos convencer a gente para trabajar con nosotros”, dice Francisco. Aunque no hay información detallada al respecto del sector, desde la Asociación nacional de industrias de la carne de España (Anice) reconocen que el canal online todavía va muy despacio. “Como con todos los productos de alimentación, este canal está creciendo aunque todavía representa una parte pequeña de las ventas”, explica un portavoz.
Una iniciativa muy personal y familiar
- Perfil. Andrea y Francisco González, de 34 y 42 años, unieron sus habilidades para crear una empresa familiar con sus conocimientos en finanzas, ventas, tiendas online y marketing.
- Facturación. Jamonprive facturó 1,2 millones de euros en 2016 y para este año estiman alcanzar los 2,4 millones.
- Productos. La tienda online de los hermanos González tiene más de 700 referencias de jamón ibérico y relacionados, así como productos 'gourmet', aceite ecológico y vinos, entre otros.
Web en ocho idiomas
Una vez superaron el escollo de atraer la materia prima, llegó otra tarea: crear la página web y subir más de 700 referencias en ocho idiomas, ya que vendería para toda Europa desde el inicio. Además, no solo describían los productos. También colocaron una explicación de cómo se consume, cómo se conserva y cómo se corta, entre otros. “Damos mucha información, sobre todo para los consumidores que no son españoles”, afirma Andrea González. Tras todo ello, pese a que fundaron la empresa en 2013 y contaban con productos de calidad, no fue hasta 2015 cuando consiguieron obtener beneficios.
El modelo de negocio y estructura de esta tienda online es muy simple. Solo trabajan tres personas y no tienen oficina ni almacén. “De esa forma reducimos nuestros costes al máximo. Cada uno trabaja en su casa y los productos se venden directamente desde el proveedor. Al principio, dónde más gastábamos era en publicidad”, recuerda Andrea González. Así hasta que llegó el salto definitivo que lo sacó de los números rojos de 2013 y 2014. El primer impulso lo recibieron en la campaña de Navidad de 2014. “Es una época en la que aumentan las ventas y tuvimos mucho tráfico en un espacio corto de tiempo. Eso nos impulsó y mejoró nuestra posición en los buscadores”, dice Andrea. Algo en lo que coincide su hermano, aunque para él fue el inicio de la venta a través de Amazon el verdadero punto de inflexión: “En 2015 subimos algunos productos a Amazon y tuvimos la suerte de empezar a vender mucho en Reino Unido. Desde entonces, nuestras ventas en este portal se han convertido en un pilar básico y comenzamos a usar el sistema logístico de la empresa para almacenar stock de algunos productos. Por mucho que le tengas cariño a tu web, nadie puede competir con Amazon”, argumenta Francisco González.
De esta forma, Jamonprive vive ahora un momento dulce y con cuatro años de vida está en la cresta de la ola. Pasó de facturar 300.000 euros en 2015 a 1,2 millones en 2016. Y la previsión es que en este ejercicio duplique sus resultados con EE UU, Alemania, Italia, Francia, Reino Unido y España como principales mercados. Con este ritmo de crecimiento, solo cabe ser optimistas. “Queremos seguir expandiéndonos. Nos gustaría entrar en Canadá, México y Japón en 2019”, asegura Andrea. Una llegada a nuevos mercados a la que habría que unir otro país: Australia. “Amazon va a entrar allí el próximo año con toda su logística y eso puede ser una buena oportunidad para nosotros”, dice Francisco, que destaca asimismo el tremendo potencial que tiene Estados Unidos para Jamonprive: “Ya supone el 30% de nuestra facturación y acabamos de empezar allí”.
Con estos números, la empresa se ha convertido en apetecible no solo para los consumidores. También para fondos de inversión: “Nos han ofrecido dinero para expandirnos e incluso hubo un acercamiento para comprarnos Jamonprive, pero por el momento no lo contemplamos”, afirma Andrea. De hecho, los fundadores destacan lo gratificante que resulta trabajar en su propia compañía desde casa. “Es algo que hemos creado nosotros y que lo queremos mantener. Además, nos permite conciliar mucho mejor vida familiar y profesional, algo que antes era muy complicado”, reconoce Andrea.
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