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La banca internacional pacta un marco para reestructurar deudas de países

Más de 400 entidades financieras acuerdan nuevas reglas para evitar disputas como las que ha impedido a Argentina el pago de sus obligaciones

Alejandro Rebossio

El bloqueo judicial de EE UU contra el pago de deuda de Argentina comienza a tener consecuencias en el sistema financiero internacional, como temían gobiernos y analistas de diversos países. Más de 400 bancos, inversores y emisores de deuda reunidos en la Asociación Internacional de Mercado de Capitales (ICMA, según sus siglas en inglés) anunciarán este viernes en EE UU que han acordado un nuevo marco para la reestructuración de pasivos de países, “en un intento por evitar que se repitan disputas como la que ha empujado a Argentina al impago”, según anticipó Financial Times.

Las organizaciones financieras habían comenzado a discutir el esquema con el Departamento del Tesoro de EE UU después de la refinanciación de deuda de Grecia en 2012, la mayor de la historia, de unos 460.000 millones de dólares. Argentina sigue manteniendo la marca de la más grande suspensión de pagos, la de 2001, por 82.000 millones. En 2005 y 2010, logró que el 92,4% de las acreencias fueran canjeadas por los inversores por otros títulos con quita, pero hace un mes no ha podido seguir pagándoles porque la justicia de EE UU ha determinado que primero debe abonarle al 7,6% que rechazó la reestructuración, incluidos los llamados fondos buitre.

Grandes y pequeños acreedores de la deuda reestructurada se han quedado sin cobrar el vencimiento de unos intereses. Algunos de ellos, como el fondo de inversión Quantum, del magnate George Soros, han demandado por el caso a The Bank of New York Mellon, el agente fiduciario de la deuda argentina en EE UU y Europa que recibió el dinero de Buenos Aires, pero no lo giró a los destinatarios por la orden judicial norteamericana. El fondo de Soros ha iniciado el pleito esta semana en Londres porque sus bonos argentinos están bajo esa jurisdicción y alega que los tribunales de EE UU carecen de competencia para bloquearlos. El Gobierno de Fernández le ha quita este martes la licencia para operar en Argentina a The Bank of New York Mellon como castigo por obedecer la orden judicial. Citigroup teme que le ocurra lo mismo si el próximo 30 de septiembre el juez de Nueva York Thomas Griesa le impide distribuir pagos de un título público argentino en el propio país sudamericano.

Inversores como Soros no han cobrado la deuda argentina y han demandado al agente de pago, The Bank of New York

Ante semejante zafarrancho de demandas entre grandes inversores, la banca internacional ha llegado un acuerdo para evitar que el caso argentino se repita en otros países. La cantidad de demandas de acreedores contra países en suspensión de pagos se ha duplicado en la última década, según Financial Times. Además, las deudas soberanas baten marcas históricas después del endeudamiento que sobrevino a la crisis financiera internacional de 2008/2009.

Los debates sobre mecanismos para ordenar las reestructuraciones de pasivos de países ya habían comenzado con la crisis de Argentina en 2001. Había quienes reclamaban la creación de un tribunal internacional para quiebras, pero la banca y el Gobierno de Barack Obama han preferido que se buscaran marcos voluntarios para las negociaciones futuras. En concreto, se incluirán nuevas cláusulas que obligarán a las minorías de acreedores a aceptar los acuerdos que gobiernos alcancen con mayorías con al menos 75% de lo debido. De este modo, se desalentará a los fondos buitre, que se especializan en adquirir a bajo precio bonos de países en crisis para después rechazar las refinanciaciones y reclamar por el 100% de lo adeudado en los tribunales. No solo Argentina ha sufrido a los carroñeros: también Congo, Ecuador, Irak, Perú, Panamá, Nicaragua, Zambia, Brasil o Polonia desde la década del 80 en adelante.

El acuerdo de la banca internacional también contempla aclaraciones sobre la cláusula de tratamiento igualitario de acreedores, la misma que han usado los fondos buitre para conseguir con éxito que no se les siguiera pagando a los tenedores de deuda reestructurada de Argentina mientras ellos llevaban 13 años sin cobrar. Buenos Aires ha sostenido siempre que el tratamiento igualitario no podía significar que el 7,6% de los bonistas cobrase el 100% de la deuda de 2001 y que el 92,4% recibiera menos, un 75% de las obligaciones originales, según la valoración actual de la quita que aceptó en 2005 y 2010. Los Gobiernos de EE UU, Francia, México y Brasil apoyaron esta interpretación de la clásula, pero el sistema judicial norteamericano la ha rechazado. Las últimas emisiones de bonos de Grecia y Belice contemplaron aclaraciones sobre el tratamiento igualitario. La asociación ICMA espera que los gobiernos acepten los nuevos formatos de contratos de deuda para sus futuras emisiones de títulos públicos, según Financial Times.

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