Recobrando la competitividad
Esperemos que la economía española no vuelva a repetir en el futuro los errores del pasado
El calendario de publicaciones de indicadores de coyuntura nos trajo esta semana dos de las estadísticas más importantes en el ámbito de los precios y salarios: el IPC de febrero y la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del cuarto trimestre de 2012. También conocimos la evolución de las cuentas del Estado en enero. Estas ponen al descubierto el truco contable que se utilizó para que el déficit público quedara por debajo del 7% del PIB el año pasado: los retrasos en las devoluciones de impuestos. Ello provocó mayores ingresos en los últimos meses de 2012, que tendrán que compensarse en los primeros de 2013. Por ello, en enero los ingresos no financieros totales fueron de 3.308 millones inferiores a los del mismo mes del año anterior. Si el calendario de devoluciones hubiera sido el normal, solo habrían disminuido en 1.244 millones. La diferencia, más de 2.000 millones, corresponde a la argucia comentada. En los próximos meses seguirá produciéndose este fenómeno hasta acumular una cifra superior a los 4.000 millones. La consecuencia es que el déficit del Estado de enero fue un 35% superior al de un año antes.
El IPC de febrero fue peor de lo previsto. En vez de disminuir, aumentó una décima, hasta el 2,8%. Los mayores responsables fueron, de nuevo, los precios de la energía. En la zona euro la inflación se situó en febrero un punto porcentual por debajo de la española, pero ello no debe confundirse con un deterioro de la competitividad, ya que si restamos las subidas de impuestos y medidas asimiladas, la inflación española se situaría en torno a medio punto por debajo de la media de dicha zona. Afortunadamente, el precio del petróleo ha vuelto a bajar, lo que permitirá que la inflación disminuya en marzo al 2,6%. Bajo el supuesto de que este precio no varíe significativamente respecto a los niveles actuales, en los siguientes meses la inflación debería seguir bajando hasta el entorno del 1% en septiembre, aunque luego volvería a repuntar para acabar el año en el 1,5%. La media anual se situaría en el 2%.
En 2012, los costes laborales cayeron un 4,5% frente a Alemania y un 3,5% frente a la zona euro
Hablando de competitividad, los indicadores que mejor reflejan la fuerte mejora que se está produciendo desde 2009 son los de coste laboral. Según la ETCL, el coste total en el cuarto trimestre fue de 2.599 euros por trabajador y mes, lo que supone un descenso del 3,2% respecto al mismo periodo del año anterior; el coste medio anual de 2012 fue de 2.540 euros, un 0,6% menor que en 2011. Estos descensos se deben a la supresión de la paga extra de diciembre de los empleados públicos, ya que sin ello la variación anual del cuarto trimestre hubiera sido prácticamente nula y la media del año hubiera dado un ligero crecimiento de tres o cuatro décimas. Teniendo en cuenta que el aumento medio anual del IPC fue del 2,4%, los asalariados perdieron un 3% de poder adquisitivo, que en buena medida fue a parar a las arcas públicas en forma de mayores impuestos sobre los productos.
Para medir la evolución de la competitividad-costes frente a otros países o áreas geográficas hay que tener en cuenta, además de los salarios nominales relativos, la productividad por ocupado, que conjuntamente nos dan los costes laborales por unidad producida (CLU). En el sector de la industria manufacturera, que es el más expuesto a la competencia internacional, los costes laborales por hora aumentaron en 2012 en España un 2% menos que en Alemania y un 1,5% menos que en la zona euro en su conjunto. A su vez, la productividad por hora aumentó un 2,5% más en España que en Alemania y un 2% más que en la zona euro, bien es cierto que a costa de destruir empleo. Como consecuencia, los costes laborales por unidad producida disminuyeron un 4,5% frente a Alemania y un 3,5% frente a la zona euro. Entre 2009 y 2012 se ha corregido más de la mitad de la desviación de los CLU que se produjo entre 1998 y 2008 frente a Alemania y las tres cuartas partes frente a la zona euro. La economía española vuelve a ser competitiva en costes. Ahora solo nos queda aprender la lección y no volver a repetir en el futuro los errores del pasado. La idea que debemos grabarnos en la cabeza los españoles es que debemos ser capaces de competir con Alemania. Si no, el euro será un quebradero de cabeza constante. Para eso son necesarias las reformas.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Precios de la vivienda
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.