El Banco Mundial urge a los emergentes profundizar en las reformas
El organismo prevé para 2013 una leve recuperación de la economía global no exenta de riesgos
Después de casi cinco años de crisis financiera y económica, la economía mundial aún está lejos de haberse estabilizado y no parece que 2013 vaya a ser el año de la consolidación. El entorno económico global sigue muy frágil y más dispuesto a decepcionar en sus resultados que a sorprender al alza, aunque los riesgos se han reducido considerablemente respecto a 2012. En esas circunstancias, los países emergentes cada vez dependerán más de ellos mismos para garantizar su crecimiento futuro y sin reformas, dice el Banco Mundial, los altos ritmos de crecimiento de estos años pueden ser historia. “El fuerte crecimiento en los países en desarrollo no está garantizado. Para seguir creciendo con fuerza, los países emergentes tendrán que mantener el momento reformista que sustentó la aceleración de su crecimiento en los años 90 y en los 2000”, subraya el informe sobre perspectivas globales, que fue hecho público del martes al miércoles.
El organismo calcula que el PIB mundial permanecerá prácticamente estancado en 2013 (2,3% en 2012 y 2,4% en 2013) y eso pese a la ligera recuperación de los países en desarrollo, que crecerán "cerca de su potencial" al 5,5% este año, tras el 5,1% alcanzado en 2012. El conjunto de los países ricos agrupados en la OCDE crecerán este año una décima menos que en 2012 (1,1% frente a 1,2%). "La debilidad en los países de ingresos altos está afectando el crecimiento de los países en desarrollo, pero la solidez de su demanda interna y los crecientes vínculos comerciales Sur-Sur han logrado mantener la resistencia de los países en desarrollo al punto de que en 2012 por segundo año consecutivo, estos países han sido responsables de más de la mitad del crecimiento mundial", apunta el Banco en su nota.
El Banco advierte que, sin cambios, el alto crecimiento del pasado no está garantizado
El principal autor del informe, Andrew Burns, explica que la desaceleración que algunas grandes economías emergentes han sufrido en 2012, como India o Brasil, se debe tanto a la crisis de los países industrializados como a factores internos, lo que refuerza su tesis de la necesidad de abundar en las reformas para garantizar el crecimiento futuro. "Para garantizar la resistencia ante los riesgos de deterioro de la situación, los países en desarrollo deben reconstruir gradualmente sus reservas fiscales y monetarias y mejorar su redes de protección social y la seguridad alimentaria", apunta.
Burns reconoce que no siempre resulta fácil encontrar apoyos políticos para las reformas. "Pero si echamos la vista atrás estos países están mucho mejor de lo que estaban en el pasado y espero que avancen en esa misma dirección". Las reformas de las que habla el Banco apuntan a esfuerzos adicionales para aumentar la productividad mediante reformas estructurales, inversión en capital humano y mejorar las condiciones para la inversión y la gobernanza financiera, medidas todas ellas que podrían aplicarse a los países desarrollados.
Por segundo año, los países en desarrollo aportan más de la mitad del crecimiento global
Entre los riesgos que pueden dar al traste con estas esperanzas está un deterioro de la situación en la eurozona, que si vuelve a registrar un cierre de los mercados de capital para algunos de sus miembros "puede llegar a restar un 1,1% o más al crecimiento de los países emergentes". También un deterioro de la situación fiscal en Estados Unidos puede reducir el crecimiento mundial un 1,4% y un frenazo mayor del previsto en la inversión china podría tener serias consecuencias a nivel doméstico y global.
En la parte positiva, la recuperación de los flujos de capital hacia los países emergentes, que llegaron a caer entre un 30% y un 40% los pasados meses de mayo y junio y que "han alcanzado nuevos niveles record". Así mismo, la prima de riesgo de los países emergentes se han reducido en más de 127 puntos básicos y el crecimiento de los mercados financieros desde junio ha superado al de los países desarrollados (un 12,6% frente al 10,7%).
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