Inteligencia + innovación, las claves

En la última década, Brasil ha sabido situarse entre las primeras economías del mundo, con un gran atractivo para localizar inversiones. Apoyado en factores como un mercado interno fuerte y un sistema financiero sólido, Brasil ha contado además con el liderazgo político y empresarial que le han convertido en un país tractor y de referencia para el resto de Latinoamérica.

Con acertada visión de futuro, Brasil trata de apoyar su ciclo de crecimiento en ejes ligados a la innovación y al desarrollo tecnológico que le permitan avanzar en la eficacia, la competitividad y conseguir una mayor productividad. Los planes de aceleración del crecimiento contemplan importantes inversiones para dotar de inteligencia a las infraestructuras y a los sistemas de gestión que sustentan a sectores clave de la actividad económica como sanidad, transporte, seguridad o defensa.

Es evidente que estos planes se ven acelerados por los próximos eventos deportivos: la Copa del Mundo de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. En este sentido, y teniendo en cuenta que hablamos de un país de dimensiones continentales, cobra especial relevancia la inversión en infraestructuras de transporte y tráfico vial, portuario, aéreo y ferroviario; favoreciendo de este modo la movilidad urbana e interurbana y, consecuentemente, el desarrollo industrial y económico de todas las regiones. También resultan especialmente relevantes los procesos y sistemas de seguridad que se pondrán en funcionamiento en virtud de los grandes eventos que moverán millones de personas a las ciudades sedes de los mismos. Modernizar la red de carreteras y la red ferroviaria del país hasta conseguir duplicar su capacidad en los próximos cinco años es un desafío importante que requiere de la tecnología más avanzada y del compromiso de empresas con experiencia demostrada, capaces de cumplir en plazos y expectativas.

No podemos olvidar que el desarrollo tecnológico de vanguardia requiere tiempo, profesionales con talento y clientes innovadores, además de un ecosistema y una cultura que favorezcan la creatividad y la asunción de riesgos. En Brasil hemos encontrado un entorno que comparte esta visión y este compromiso a largo plazo. Instalamos hace más de un año nuestra sede internacional en São Paulo, desde donde proyectamos nuestras soluciones y servicios al resto de Latinoamérica. Desde sus inicios, Indra se ha construido desde una apuesta decidida por el talento, la innovación abierta y el desarrollo de tecnología propia con visión global. Nuestro modelo de negocio combina la implantación local con la transferencia tecnológica de soluciones de alto valor añadido, y en esa línea estamos acompañando los planes de desarrollo de Brasil, donde contamos con más de 7.000 profesionales de alta cualificación.

España también tuvo en su momento la necesidad de modernizar sus infraestructuras. Este esfuerzo inversor ha dado lugar a un ecosistema donde operadores de infraestructuras, constructoras y empresas de tecnología se han situado a la vanguardia mundial. Clientes innovadores han impulsado soluciones tecnológicas de primer nivel. Como fruto de ese trabajo conjunto, Indra es hoy referencia mundial en la gestión del espacio aéreo. De igual forma ocurrió con el despliegue de las líneas de alta velocidad, donde Indra consiguió desarrollar soluciones como el sistema DaVinci, reconocido como uno de los mejores sistemas de gestión de tráfico del mundo, y que hoy estamos implantando en otros países, destacando nuestra participación como socio tecnológico en el proyecto de la línea de alta velocidad de Meca a Medina en Arabia.

Brasil está afrontando con energía y decisión un momento clave en su modernización y transformación. Indra ha encontrado en Brasil un entorno donde continuar avanzando en su proyecto empresarial y, por ello, estamos trabajando de manera decidida para acompañar al país en hacer realidad estos desafíos.

Emilio Díaz es director Internacional de Indra.