Un grupo desconocido compra la filial extractora de Yukos por más de 7.000 millones de euros
El consorcio ruso Baikalfinansgroup vence en la puja a Gazpromneft, subsidiaria del gigante del gas Gazprom
Yugansneftegaz, la principal filial extractora de la petrolera privada rusa Yukos, ha sido vendida esta tarde en una subasta, organizada por el Fondo de la Propiedad Federal de Rusia, al consorcio ruso Baikalfinansgroup por un valor de 9.352 millones de dólares (algo más de 7.000 millones de euros). El remate judicial de la filial de Yukos, que extrae un millón de barriles de crudo diarios, fue ordenado por las autoridades rusas en el marco de su conflicto con la petrolera, a la que el fisco reclama el pago del equivalente a unos 27.500 millones de dólares en impuestos. La venta marca el fin del grupo como primer productor ruso de petróleo.
El Servicio Federal Antimonopolio autorizó el pasado viernes a cuatro empresas a participar en la subasta de Yugansneftegaz. Así, además de Gazpromneft (la filial del gigante del gas ruso Gazprom), que se perfilaba como favorita para ganar la puja, había otros tres concursantes, que se ocultaban con los rótulos de Baikalfinancegroup, La Primera Compañía de Venture y Intercom. Sin embargo, sólo las dos primeras empresas se han presentado y ha sido Baikalfinancegroup la que se ha llevado el gato al agua. Se trata de una sociedad práticamente desconocida en los medios financieros y registrada en Tver (noroeste). Sobre el misterioso comprador, Chris Weafer, analista de estrategia del banco Alfa, ha afirmado que "se trata del Estado ruso, es decir, de una compañía próxima al Estado".
Por su parte, Gazpromneft ha sido creada por Gazprom mediante una fusión con la petrolera Rosneft (estatal) destinada a tomar posiciones en el mercado petrolero y a consolidar el papel del Estado como accionista mayoritario en el gigante del gas. La subasta ha durado sólo diez minutos, después de la cual los representantes de Gazpromneft se han acercado a felicitar a la representante de Baikalfinancegroup. Yuganskneftegaz, que produce el 62% del crudo de Yukos y que antes fue una empresa estatal, tiene su base en la ciudad siberiana de Nefteyugansk, cuyos 110.000 habitantes dependen mayoritariamente de la petrolera.
Yukos habla de una venta "ilegal"
Por orden del Ministerio de Justicia de Rusia se subastó el 76,79% de las acciones, lo que supone un paquete de 43 acciones corrientes con un precio de salida de 246.753 millones de rublos (más de 6.690 millones de euros). El paso de la puja fue establecido en 2.800 millones de rublos (algo más de 100 millones de dólares). Los concursantes debían depositar una fianza de 49.350 millones de rublos (más de 1.300 millones de euros) y pueden efectuar una puja con un margen del 1% al 10% respecto al precio inicial. El importe de la venta se destinará a pagar la factura atrasada que el fisco ruso ha presentado a Yukos, lo que globalmente supone más de 27.000 millones de dólares.
Analistas independientes consideran que el Estado ruso había infravalorado el precio de Yuganskneftegaz con objeto de enmascarar lo iba a ser una renacionalización a bajo precio. Abogados del grupo financiero MENATEP, principal accionista de Yukos, han advertido antes de la subasta de que emprenderán acciones legales con quien compre Yugansneftegaz, ya que hay un fallo de un tribunal de Houston (Tejas, EE UU) que prohíbe las operaciones con los activos de la petrolera rusa. "Tenemos también conocimiento de que se han trasgredido las normas sobre la comunicación de la celebración de la subasta", ha declarado la letrada Marina Logan, miembro del equipo jurídico que defiende los intereses de Yukos.
Por su parte, un portavoz de la compañía, Alexandre Chadrin, ha señalado que la venta es"ilegal" desde del punto de vista del derecho ruso e internacional, "lo que había sido confirmado por un tribunal independiente y neutro". El ganador de la subasta debe pagar el importe de la compra para el 3 de enero, un día después de que concluya la moratoria del tribunal estadounidense. Desde hace un año y medio, Yukos es objeto de una persecución con transfondo político que no se ha extendido a otras petroleras con las mismas prácticas fiscales, como Sibneft perteneciente al oligarca Román Abramóvich. Pese a sus dificultades, Yukos será este año la segunda de Rusia por su producción, que según las previsiones, alcanzará 84 millones de toneladas, ligeramente por debajo de Lukoil.
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