Yukos inicia un proceso de quiebra en EE UU para evitar la subasta de su filial
La petrolera Yukos, sometida al acoso del Estado ruso, se acogió ayer a la legislación de quiebra de EE UU en un intento de evitar la subasta de un 76,79% de sus acciones en Yuganskneftegaz, la filial siberiana que es responsable de más del 60% de su producción. La subasta se celebra el próximo domingo 19, y el precio de salida, por el que compite el monopolio de gas ruso, Gazprom, con el apoyo de un crédito sindicado líderado por bancos alemanes, es de 8.650 millones de dólares. El importe de la venta se destinará a pagar impuestos, que en el caso de Yuganskneftegaz suman 5.100 millones de dólares por 2000-2003, y que, globalmente en el caso de Yukos, superan los 25.000 millones.
Ante la inminencia de la subasta, que privará a Yukos de su principal fuente de ingresos y en consecuencia de la posibilidad de seguir funcionando, la compañía solicitó la protección de un tribunal de Houston (Texas) de acuerdo con la legislación norteamericana, que propicia las negociaciones entre deudores y acreedores antes de hacer efectiva la bancarrota.
Fuentes del tribunal de arbitraje de Moscú dijeron a Interfax que sólo los tribunales rusos tienen competencias para examinar la quiebra de una empresa con domicilio social en Rusia. La medida es, pues, un paso legal para los futuros pleitos internacionales contra los compradores de Yuganskneftegaz, con los que amenazan los responsables de Menatep, el principal accionista de Yukos.
El monopolio estatal Gazprom acude a la puja por medio de Gazpromneft, una filial creada en noviembre gracias a la fusión con la petrolera Rosneft (también estatal). Otras dos empresas que presentan pujas son consideradas testaferros para mantener las formas. Un dirigente del Servicio Antimonopolio, que examina a los eventuales candidatos, reconoció al diario Védomosti que era imposible saber quién está detrás de las dos compañías. Gazprom ha mantenido conversaciones con bancos internacionales para obtener un crédito sindicado de 10.000 millones de euros.
Desde hace un año y medio, Yukos es objeto de una persecución con trasfondo político que no se ha extendido a otras empresas que tenían las mismas prácticas fiscales. Su fundador y principal accionista, Mijaíl Jodorkovski, está en la cárcel desde octubre de 2003 y puede ser condenado a una larga pena por delitos que van desde estafa a evasión de impuestos.
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