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Patrimonio

La policía rastrea a usuarios y trabajadores del archivo

Los investigadores se han dividido la tarea en dos equipos

Diez días después de la sustracción del Códice Calixtino, la policía aún no tiene una pista clara, pero cada vez va cobrando más fuerza la hipótesis sobre la posible implicación de personas que tienen o han tenido un fácil acceso al valioso libro. Por eso, los investigadores están rastreando los pasos de usuarios del archivo, religiosos y trabajadores de la catedral compostelana, según indican fuentes próximas al caso.

Los agentes que se ocupan del asunto se han dividido en dos equipos: uno se dedica a la "investigación pura", mientras que el otro es el que se encarga de las pesquisas sobre el terreno. El peso de las gestiones recae sobre especialistas de la Brigada de Patrimonio Histórico, apoyados por compañeros de la Jefatura Superior de Policía de Galicia.

"El ladrón podría haberse apoderado del libro por capricho o debilidad"
"Si esto fue obra de un profesional, ¿por qué no se llevó el valioso 'Tumbo A'?"
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Las tareas policiales estriban en buena parte en el visionado de varios cientos de horas de grabación de 20 cámaras de seguridad. El objetivo es detectar en las imágenes a alguien que pudiera mostrar una actitud sospechosa o bien llevar algo oculto que pudiera ser el preciado códice. "Pero hay cientos de mochileros y cualquiera de ellos podría llevar escondido el códice. Así que nuestra labor es localizar e identificar al mayor número de estos mochileros", explica un mando policial.

Los agentes todavía no se atreven a vaticinar si el hurto del libro fue un robo por encargo, como se viene barajando hasta ahora. Pero cada día cobra más solidez la hipótesis sobre la implicación de "alguien que pudiera tener fácil acceso al códice por verlo todos los días" y que, en este supuesto, "se habría apoderado de él por sentir capricho o debilidad". Esta persona no habría dado el soplo al ladrón, sino que ella misma habría ejecutado el golpe.

Una de las cosas que más desconcierta a los policías es por qué el caco no se adueñó del llamado Tumbo A, custodiado en la misma cámara catedralicia, que constituye otra joya bibliográfica tan valiosa o más que el Códice Calixtino. El Tumbo es una colección de documentos entre los que hay alguno que data del siglo IX. "Si esto hubiera sido obra de un ladrón profesional, ¿por qué no se llevó el Tumbo A?", se pregunta un policía con extrañeza.

No obstante, fuentes próximas al caso admiten que "todas las hipótesis están abiertas", a la vez que confían en aclarar el caso, si bien "llevará tiempo". En paralelo, los mismos medios no descartan que la catedral compostelana haya sufrido otros hurtos a lo largo de los últimos años, sin que nadie se haya dado cuenta. La desaparición del códice ha servido para poner al descubierto importantes agujeros en los sistemas de seguridad, situación de la que podría haberse aprovechado fácilmente alguien que se moviera a diario o con frecuencia por ese recinto eclesiástico.

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