Brasil es otro planeta
En el mundo del maquillaje, muchas marcas están dispuestas a llevar la locura creativa hasta el final, pero no todas logran equiparar los resultados a las fantasías que venden. M·A·C ha tomado esa bandera y en sus poco más de veinticinco años de vida se ha hecho un holgado hueco entre los fetichistas de la cosmética. La constante reinvención de fondo y forma es la clave. Ya sea acudiendo a Lady Gaga para dar imagen a Viva Glam, su línea benéfica contra el sida, o confeccionando una colección entera (accesorios para maquilladores profesionales incluidos) inspirada en el personaje comiquero de Wonder Woman.
Su ultimísima aventura ha llevado a la niña mimada de Estée Lauder a Brasil. Y aquí su máximo reto ha sido esquivar los tópicos. Ni la Amazonia, ni el carnaval, ni las figuras del balompié. Ni los gigantes de la bossa nova, ni el sabor azucarado de la cachaza, ni las supermodelos esculturales. Las máximas estrellas de su nuevo ingenio son las piedras semipreciosas. Un paso que podría suceder a la fiebre del oro que ha asolado los tratamientos cosméticos en los últimos años. Aunque dar con la fórmula para casar la belleza con la minería siempre suponga un auténtico quebradero de cabeza.
"El primer impedimento con que nos topamos fue que no sabíamos que las piedras no estaban aprobadas para uso cosmético"
Jennifer Balbier, vicepresidenta de M·A·C, descubrió el verano pasado las maravillas extraídas de Minas Gerais y Bahía, posiblemente dos de los yacimientos más grandes del mundo. Su objetivo era encontrar nuevos pigmentos con los que enriquecer la colección Mineralize, que había creado cuatro años antes a base de una mezcla de 77 minerales. Y se topó con todo un catálogo de piedras semipreciosas con los que experimentar en sus composiciones.
Enseguida se sintió "como una niña en una tienda de chucherías, ¡no sabía con qué quedarme!", cuenta a los periodistas invitados por la firma a la presentación organizada en Río de Janeiro. "Pero enseguida me encontré con el primer obstáculo: adquirir conciencia de lo realmente difícil que era trasladar nuestro sueño a la realidad. El impedimento técnico inmediato fue que no sabíamos que las piedras no estaban aprobadas para uso cosmético por la FDA [Food and Drug Administration, organización estadounidense conocida en español como la Agencia Americana del Medicamento]".
De su selección previa de 14 piedras, el material de trabajo quedó reducido a cuatro: la broncita, la lepidolita, la pirita y la turmalina negra. Fueron descartadas la amatista, el cuarzo rosa o el topacio. "Pero no desechamos seguir investigando para poder utilizarlas en un futuro, porque nos encantan", insiste Balbier. Nick Gavrelis, responsable de desarrollo global de producto de M·A·C, añade: "Nuestra principal pregunta siempre fue: '¿Son seguras?'. Para conseguir la aprobación de las agencias reguladoras de todo el mundo realizamos pruebas médicas. La prioridad era asegurarnos de que estos cosméticos no provocaban ninguna reacción alérgica".
Según los responsables de H. Stern, la principal joyería de Brasil, las cuatro piedras que conforman la gama Semi Precious no se cotizan más allá de la artesanía ornamental, por más que convivan en las canteras con otras variedades emblemáticas de este país, como la esmeralda, la aguamarina o el topacio imperial.
Lo que sí se dibuja en el imaginario popular son los valores energéticos atribuidos a estos minerales semipreciosos, que subraya el propio Gavrelis. "La broncita es la piedra de la cortesía, promueve una actitud cariñosa y desprejuiciada. La turmalina negra es la piedra eléctrica, neutraliza las energías negativas. La pirita es la piedra de fuego e incentiva las habilidades comunicativas. Y la lepidolita es la piedra de la paz, ayuda a eliminar obstáculos". Una mística añadida a sus sombras, polvos y coloretes, que apelan, además, al magnetismo de la individualidad. Cada pieza se presenta como única gracias a su original proceso de elaboración. "A nuestro compuesto mineralizado, biofermentado en una base de extracto de levadura, se añaden las piedras micronizadas. Cocinamos esa mezcla cuidadosamente para esculpir auténticas obras de coleccionista", literaturiza Gavrelis.
El efecto final nada tiene que ver con la colección Surf, lanzada por M·A·C también para este verano. Donde se despliega un derroche de color y luminosidad, Semi Precious indaga en tonos metalizados, brillantes y más fríos. Para Gordon Espinet, jefe artístico de M·A·C, "eso no supone ningún impedimento para lograr el efecto que tú quieras, ya busques un look más atemporal, a lo Audrey Hepburn, o algo más a la moda, como el revival discosetentero".
Espinet insiste en que la clave del éxito es la innovación. Sin perder el norte. "El Clear Lipglass nos costó cuatro años de desarrollo, pero logramos un producto definitivo. Ese es el objetivo. Hay firmas cosméticas que entienden por innovación renovar el packaging. Nosotros pensamos en la tecnología antes que en la forma. Aunque finalmente el prestigio de M·A·C se juegue en todos los campos simultáneamente. Tenemos los mejores críticos, o los peores, según se entienda: los maquilladores profesionales. Cada vez que lanzamos un producto o una línea se montan auténticos debates en Twitter sobre su calidad y sus posibilidades de uso".
MUNDO DE METAL
Fabiana Gomes, maquilladora insignia de M•A•C para Brasil, propone un 'look' fantasioso y atrevido para las noches de verano. "Como salida de una producción de moda de la película de los setenta 'Los ojos de Laura Mars". Para conseguirlo sugiere "jugar con las sombras de ojos Mineralize Semi Precious sin miedo". Cada pieza de la colección es irrepetible gracias a su combinación de 77 minerales y cuatro piedras semipreciosas: pirita, broncita, lepidolita y turmalina negra. Para lograr un mejor acabado recomienda las brochas duales, como la de arriba: con pelo natural y sintético.
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