La OTAN despliega fuerzas navales en el Mediterráneo central

Los ministros de Defensa de la OTAN acordaron ayer incrementar su presencia aeronaval en el Mediterráneo central y planificar con detalle una potencial intervención humanitaria y para aplicar el embargo de armas. Sobre la imposición de una zona de exclusión aérea, en la que también se trabaja, la Alianza queda a la expectativa de lo que decida el Consejo de Seguridad de la ONU. Entre los incluidos en el nuevo despliegue figura el submarino español Mistral, que España ya ofreció hace tiempo en caso de ser necesario en operaciones de vigilancia. En un intento de quitar hierro al redespliegue naval, Robert Gates, jefe del Pentágono, señaló que más que aumentar el número de medios se trata de posicionar los existentes más cerca de las costas libias.

"El tiempo corre", advierte el secretario general aliado

"El tiempo corre", señaló ayer el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, al dar cuenta de la reunión con los ministros en torno a Libia, cuya situación sigue con preocupación la OTAN, sin tener claro cómo va a evolucionar. La cita de ministros, que hoy concluye con Afganistán como tema de debate, es una de las que regularmente mantiene la Alianza. Estaba prevista y a la agenda se le añadió como primer punto la situación en Libia. Una crisis que, según medios aliados, pone a prueba lo fundado del nuevo concepto estratégico y las amenazas que pueden plantearse en el siglo XXI.

Rasmussen anunció dos decisiones: incrementar la presencia de activos navales en el centro del Mediterráneo y profundizar con urgencia en los preparativos para participar en una operación de asistencia humanitaria. El nuevo dispositivo aeronaval permitirá conocer mejor la situación en el área, incrementar la vigilancia y contribuir al embargo decretado por Naciones Unidas, explicó.

Entre los efectivos movilizado figura el Mistral, submarino español adscrito a la operación Esfuerzo Activo de control antiterrorista en el Mediterráneo. Todo el dispositivo se verá reforzado con cinco aviones Awacs de vigilancia que pasarán a volar 24 horas al día. Hasta ahora lo hacían tres aparatos durante 10 horas.

La ministra Carme Chacón se dijo satisfecha de que la Alianza hubiera aceptado la sugerencia que España hizo hace un par de semanas de que los medios a su disposición se desplazaran a vigilar las inmediaciones de Libia. Gates precisó: "No estamos tanto hablando de incrementar el número de barcos como de reposicionar los que ya tenemos en la zona".

Rasmussen habló de que la OTAN está unida, vigilante y dispuesta a actuar y que es consciente de las connotaciones que su presencia tiene en el mundo árabe. De ahí que reiterara el nuevo mantra político-diplomático: cualquier operación propia debe tener un valor añadido, debe realizase con una claro mandato legal -"asumo que será un claro mandato del Consejo de Seguridad", dijo- y contar con fuerte apoyo regional.

La idea de unidad choca con la reticencia francesa a que la Alianza intervenga o con el deseo de París de intervenir directamente sin participación estructural de la OTAN. "No hablo sobre rumores no confirmados procedentes de fuentes anónimas", respondió Rasmussen. Las fuentes anónimas son diplomáticos franceses que hablan a condición de no revelar su identidad según los cuales "la bandera de la OTAN sería una provocación".