Sin cheque ni pacto

Hace un año el presidente prometió regalar un miniordenador a cada escolar. Una ocurrencia (como el cheque-bebé anterior) que no estaba entre las prioridades del ministro del ramo. Y lo que sí era prioritario, un pacto de Estado por la educación, no pudo salir porque en Génova se temió el ruido de su ala dura. Lo de dar el ordenador, al final, solo se cumplió a medias, porque algunas autonomías no colaboraron (y alguna dijo que daña la vista).

La otra gran promesa de 2009 sí se ha cumplido: una ley de plazos para el aborto, tema muy sensible a un lado y otro del arco político. Nadie esperaba consenso, así que también esta norma tropieza con las trabas de ciertas comunidades y además se la jugará en el Constitucional.

¿Y ahora? Sin dinero ya para sorpresas como el chequepecé, algunos apuestan por agarrar otra bandera ideológica como fueron la igualdad gay o el aborto. En ese terreno queda la Ley de Libertad Religiosa, que por lo avanzado irritará al catolicismo y defraudará a los laicistas. Si hay sorpresa, tendrá que ser de las que no cuestan dinero.