El primer ministro británico, David Cameron, admitió ayer en los Comunes con pesadumbre que la famosa matanza del Domingo Sangriento -Bloody Sunday- en Irlanda del Norte, el 30 de enero de 1972, "ni estaba justificada ni es justificable" y se declaró "profundamente consternado" por lo que hizo aquel día el Ejército británico.
Las opciones son contener los daños o recoger los escombros. Desde que Angela Merkel ganó las elecciones en septiembre de 2009, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), su partido hermano bávaro Unión Socialcristiana (CSU) y sus aliados del Partido Liberal (FDP) padecen un desgaste más propio de un Gobierno en su tercera legislatura que de una coalición recién elegida.
Barack Obama abordó anoche, finalmente, el vertido de petróleo en el golfo de México como la gran crisis política en la que se ha convertido y se puso cara a cara frente a la nación desde el Despacho Oval, como en las más célebres ocasiones, para asegurarle que los daños causados serán reparados, que las víctimas serán compensadas y que Estados Unidos debe aprovechar esta lección para diseñar una nueva estrategia energética.
Parece acercarse el momento del "ahora o nunca" para Gianfranco Fini. El presidente de la Cámara de Diputados y líder de la corriente interna del Pueblo de la Libertad ha asegurado que no permitirá la tramitación rápida de la ley que limita las escuchas telefónicas y su difusión.
La encendida polémica levantada a propósito de un premio científico amparado por la Unesco con el nombre (y el dinero) del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, ha hecho que la organización decida dejar en suspenso la concesión de la controvertida mención hasta que se encuentre una solución "que no humille mucho a Obiang.
Kirguizistán ha dicho hoy que ya no necesita tropas de pacificación para terminar con la violencia étnica que ha convulsionado el sur del país, dado que la situación ya está controlada por el Ejército, que está requisando las armas a la población.