Obama exigirá a BP fondos para pagar los daños del vertido
Barack Obama inicia hoy su cuarto viaje a la región del golfo de México para contrarrestar las críticas que acusan a la Casa Blanca de haber gestionado pésimamente la crisis del vertido de crudo de BP. La gira es relámpago y no incluye Luisiana. Hoy llegará a Pensacola (Florida) y en la tarde se desplazará a Theodore (Alabama). Mañana hará acto de presencia en Gulfport (Misisipi) y por la tarde regresará a Washington. Cuando aterrice tendrá el tiempo justo de desplazarse hasta la Casa Blanca para dirigirse a la nación en horario de máxima audiencia y exigir a la compañía británica BP que establezca un fondo de compensación para indemnizar a los individuos y negocios afectados por el derrame.
La Casa Blanca se está empleando a fondo en la contención de daños políticos -a menos de seis meses de las elecciones de mitad de mandato, en noviembre- y tiene una semana prácticamente enfocada en el asunto BP. Obama ha convocado el miércoles en la Casa Blanca a los directivos de la empresa -el presidente, Carl-Henric Svanberg, entre ellos- para los que está preparando una larga lista de exigencias.
"El mandatario les dejará claro qué espera, y que si es necesario ejercerá su completa autoridad legal para asegurar que la compañía aparte los fondos requeridos para pagar por el masivo derrame", dijeron fuentes de la Casa Blanca. Para controlar los fondos, la Administración nombrará un panel independiente.
Comparecencia
Con casi toda seguridad no asistirá a la reunión el polémico Tony Hayward, consejero delegado de BP, quien desató la furia de los norteamericanos cuando hace una semana declaró a la prensa, con muestras de hartazgo mediático, que quería recuperar su vida. Hayward comparece este jueves ante el Senado de EE UU para dar explicaciones de lo sucedido hace ya ocho semanas.
La retórica de Obama ha ido subiendo de tono en contra de la pretrolera BP. Pero también lo hacía la presión en Reino Unido para que el primer ministro, David Cameron, hiciese algo al respecto, por la relevancia de la empresa en la economía británica. La tensión, al menos mediática, se ha ido elevando de tal modo que ambos países han tenido que manifestar públicamente lo buenas que son sus relaciones.
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