La influencia discreta de 'Claves'
La revista publica su número 200
La revista Claves de la razón práctica, dirigida por Javier Pradera y Fernando Savater, acaba de publicar su número 200, lo que representa dos décadas prestando atención, mes a mes, a las principales coyunturas por las que ha atravesado España y la realidad internacional. Como otras revistas del mismo género que han conseguido la rara proeza de la continuidad, Claves ha tratado de definir y mantenerse fiel a un espacio propio desde sus inicios. Y lo ha encontrado en el cumplimiento de una tarea imprescindible para la vida pública, como es la de optar por la influencia discreta. No ha buscado estar en el primer plano, sino consolidar el sustrato intelectual, ético y político necesario para convertir la querella en polémica y, a su vez, la polémica en debate. En estos 20 años de existencia, la actualidad no ha sido el objetivo de Claves, sino la materia en la que identificar y hacer explícitas las corrientes de fondo que moviliza.
El primer número apareció en la primavera de 1990, con un ensayo de Rafael Sánchez Ferlosio cuyo título, Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir, resumió anticipadamente el papel que ha venido desempeñando Claves. Han sido innumerables las flechas que desde entonces la revista ha colocado en situación de partir, empezando por el acontecimiento que tuvo lugar pocos meses antes de publicarse el primer número: la caída del muro de Berlín. El fin de la utopía comunista convirtió la razón práctica recogida en la cabecera en una necesidad urgente, a la que la revista ha ido dando respuesta desde una doble pluralidad. Primero, ideológica, al acoger en sus páginas posiciones opuestas sobre las principales cuestiones que fueron apareciendo singularizadas tras el desprestigio de las grandes doctrinas totalizadoras que marcaron el siglo XX; cuestiones como la inmigración, la posibilidad de la guerra justa, la idea de globalización o, ya en un ámbito estricta o prioritariamente español, el terrorismo, el nacionalismo, la reforma de la Constitución, el aborto o la eutanasia.
Y, junto a la pluralidad ideológica, una segunda pluralidad: la convivencia de escritores consagrados con nuevos autores e intelectuales, que encontraron y siguen encontrando en la revista un medio para dar a conocer y, sobre todo, para contrastar sus opiniones. "En estos 20 años de Claves -resumió recientemente Nuria Claver, la persona que ha estado al frente de la redacción desde los inicios del proyecto-, no sólo los lectores han sido fieles, sino también los autores". Con ello se refería a que quienes han publicado en una ocasión no han dejado de seguir haciéndolo, y también a que siguen llegando a la redacción numerosos trabajos de autores que desean publicar por primera vez. Es el camino elegido por Claves para mantener ese espacio hoy estrictamente suyo, que es el de la influencia discreta.
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