Aragón simboliza como ninguna otra comunidad el vuelco radical de la economía española en apenas dos años. En 2007, aupada por la fiebre inversora que suscitó los preparativos de la Expo, encabezó la ola de crecimiento con un avance del 4,3% en su PIB. Ahora, con la resaca de la Expo, sufre como ninguna otra el embate de la crisis, que en 2009 se cebó en la industria.
El Gobierno necesita a las comunidades autónomas para cumplir su plan de adelgazamiento hasta 2013. Convencida de que sin cooperación las cuentas no cuadrarán, la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, instará a esas administraciones a que apliquen un recorte del gasto similar al de la Administración central.
Grecia necesita fondos desesperadamente -20.000 millones de euros entre abril y mayo, para empezar- y los inversores, presuntamente nerviosos desde hace dos meses por las dudas sobre la crisis fiscal griega, quieren rentabilidades jugosas: el miedo al impago siempre es menor con tipos de interés bien altos.
España cerrará 2010, según las previsiones de los principales organismos internacionales, como la única gran economía de la OCDE en recesión, y con sus dos grandes motores gripados: la construcción y el turismo.