Funcas advierte que el plan de ajuste del Gobierno retrasará la recuperación
La crisis, y las medidas adoptadas para combatirla, han desbocado el déficit público. El Gobierno tira ahora de las riendas, pero no sólo cambia el paso a la Administración. La recuperación también se resiente, sobre todo cuando el sector privado aún renquea. La última vuelta de tuerca del plan de austeridad, presentada hace un mes por el Gobierno, implica más recorte de gasto en ministerios, comunidades y ayuntamientos, menos funcionarios y, por primera vez, menos inversión pública. Y todo eso tiene su reflejo en los pronósticos que manejan los expertos, como el que presentó ayer la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas). "La revisión a la baja de las previsiones de crecimiento se debe al impacto del plan de austeridad", detalló Ángel Laborda, director del gabinete de coyuntura de Funcas.
2009 cerró con un déficit público mayor de lo previsto (un 11,4% del PIB). Y ese desfase, junto a los recelos de los inversores sobre las cuentas españolas, llevaron al Gobierno a redoblar la apuesta: el objetivo sigue siendo rebajar ese déficit al 3% en cuatro años, aunque sea a costa de apretarse el cinturón y ralentizar el crecimiento. "Hay veces que hay que elegir entre dos males, pero reducir el déficit es una necesidad ineludible", dijo Laborda en apoyo de la decisión tomada por el Ejecutivo. Decisión que le lleva a rebajar su pronóstico económico: en 2010, según la estimación analizada ayer, el PIB caerá un 0,7%, cuando en noviembre Funcas vaticinaba un retroceso del 0,5%. Y en 2011, la economía crecerá menos: un 0,8% frente al 1,3% previsto hace tres meses.
El Gobierno, sin embargo, apenas ha corregido su estimación pese a la nueva cura de adelgazamiento. Y mantiene que el PIB bajará sólo un 0,3% este año y que rebotará con fuerza en 2011 para avanzar un 1,8%. Funcas cree que esto no será posible cuando el Ejecutivo plantea un recorte adicional inmediato de 5.000 millones en el gasto público y ha fijado como velocidad de crucero una reducción anual de 10.000 millones en la Administración central hasta 2013, que se completaría con un recorte de 2.500 millones por año en comunidades y ayuntamientos.
En las previsiones de Funcas es la traslación de este nuevo plan de austeridad a las estimaciones del PIB lo que explica toda la revisión a la baja. Porque, como recalcó Laborda, la mejora del consumo de los hogares y la inversión de las empresas avala que "la corriente de fondo es una recuperación suave". De hecho, Funcas cree que sin el ajuste de gasto público para corregir el déficit, el PIB ya no retrocedería en 2010 y estaría muy cerca de las estimaciones oficiales en 2011. Pero el descenso en el consumo y la inversión pública se sobran para contrarrestar este tibio repunte de la actividad privada, según Funcas.
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