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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Cerditos y realidad virtual

Cristina Fernández de Kirchner dijo el pasado lunes en el discurso de apertura del Congreso de su país que hay dos Argentinas. Una, la que va mal, es la virtual. La otra, la real, va estupendamente. La presidenta lleva años en la política y es una magnífica oradora. No necesita tener escritas sus intervenciones, sabe improvisar y confía en la palabra para engatusar a quienes la están escuchando. Así que explicó que los medios de comunicación se han inventado una Argentina en la que crecen el paro y la inflación, y donde unos jueces corruptos no dejan de dar la lata. El país que gobierna ella, en cambio, es el de verdad, y desde 2003 (entonces el presidente era su marido, Néstor Kirchner) va viento en popa: crece la economía, hay mejoras sociales, se han creado cuatro millones y medio de puestos de trabajo.

Lo que forma parte de ese mundo virtual podría quitarle el sueño a cualquier jefe de Estado: denuncias de enriquecimiento ilícito de los Kirchner desde que llegaron al poder, dimisión de muchos funcionarios de su círculo por sospechas de corrupción, enfrentamiento con el Banco Central (su presidente fue destituido por negarse a utilizar las reservas para pagar la deuda), pérdida de mayoría legislativa, crisis interna en su propio partido. Y, encima, llegan a las Malvinas unas empresas británicas a buscar petróleo.

Afortunadamente para la presidenta, todo eso no es real, por lo que irradió optimismo en su cita con el Congreso. Hace unas semanas ya mostró su buen estado de forma. Le tocaba cantar las alabanzas de la carne de cerdo y no se entretuvo en minucias: "Yo estimo que es mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar Viagra". Comentó que su marido la iba a matar al volver a casa, pero contó una reciente visita que había hecho con él a Calafate, en el sur del país. "No sólo me comí la carne, sino también el cuerito crujiente. Impresionante. ¡Y anduvo todo muy bien el fin de semana..!".

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Una gran exhibición de talento verbal. Si hay problemas, Cristina Fernández los considera inventos de los periodistas (para los que prepara una ley de medios que consiga amortiguar sus críticas). El mundo real, mientras tanto, está lleno de cerditos a la parrilla. Y las cosas, así, no pueden ir mal.

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