Zapatero culpa del paro al urbanismo salvaje del PP y pide ayuda a Rajoy
"Si esto ha pasado es porque el Gobierno de Aznar dijo que en todo el suelo se podía construir" - "No le pido ayuda para el Ejecutivo, sino para la sociedad española"
El presidente del Gobierno, José luis Rodríguez Zapatero, atribuyó ayer las "causas fundamentales" de la crisis económica a la "avaricia" y el afán "especulador" de las instituciones financieras internacionales, y, en el caso particular de España, también a la política urbanística de los Gobiernos de José María Aznar (1996-2004). "Otra de las causas de la crisis es lo que ha pasado en el sector inmobiliario. En 10 años hemos construido el número de viviendas que se deberían haber hecho en 20, y hemos empleado al doble de la gente que podía estar trabajando y por eso se nos ha subido tanto el paro. Pero si eso ha pasado es porque llegó el Gobierno del PP y dijo que en todo el suelo se podía construir", explicó.
No obstante, Zapatero apeló a la responsabilidad del PP para sumarse a la "tarea colectiva" de combatir la crisis y llegar a acuerdos con el Ejecutivo. "No le pido ayuda para el Gobierno, sino para la sociedad española", conminó, y apostilló que "diciendo no a todo no se ayuda a salir de la crisis". Zapatero insistió en pedir a Rajoy que acuda a las reuniones que el Gobierno ha convocado con partidos políticos y agentes sociales y que formule sus propuestas.
Ante unos 16.000 seguidores que, según la dirección del PSOE, acudieron al mitin de Málaga con el que el partido celebró el trigésimo aniversario del referéndum sobre la autonomía plena para Andalucía, Zapatero explicó que "la causa fundamental de la crisis no es España, ni los trabajadores, ni los empresarios, ningún país europeo, y ni mucho menos el euro; sino aquellos que pusieron en circulación préstamos que no se sostenían para obtener grandes sueldos y beneficios".
El presidente justificó todas estas referencias a los orígenes de la crisis para evitar "las dos trampas en las que la derecha quiere que caigamos: ignorar las causas de la crisis, no hablar de ellas para que todo siga igual, y no plantear con responsabilidad sumar voluntades para salir de las dificultades". También reprochó al PP la "inmoralidad" de cuestionar la solvencia de las cuentas públicas y de la economía de España, y afirmó que el pago de la deuda representa el 4% de los gastos de las administraciones públicas, la mitad de la carga que en el año 2000, cuando gobernaba el PP.
La salida de la crisis, según Zapatero, "es un gran desafío que exige un gran esfuerzo y sacrificio". Esta apelación a la responsabilidad, especialmente dirigida al PP, fue una reiteración en el discurso de Zapatero, quien insistió en que plantea la búsqueda de acuerdos "sin ninguna condición previa".
Eso sí, el presidente puso también énfasis en aclarar que ninguna reforma laboral que se aborde, ni ninguna media "necesaria" de reducción del déficit público supondrán ningún tipo de recorte ni de derechos de los trabajadores ni de las políticas de bienestar social y de I+D. "Deseamos un acuerdo social, pero, atención, a pesar de que me lo pidan y me lo pidan, y llegan a pedirlo con mucha insistencia, con este Gobierno los trabajadores no van a perder derechos en ninguna reforma laboral, conmigo no, son mis convicciones", expuso ante una clamorosa ovación.
El acto fue una reivindicación de la fortaleza histórica del PSOE en Andalucía, justo cuando varias encuestas indican que el PP puede ganar las próximas autonómicas, con su enorme influencia en las victorias en las generales. Y abundaron también las muestras de afecto al ex presidente de la Junta y aún secretario general del PSOE de Andalucía, Manuel Chaves, tres días después de que el Tribunal Supremo desestimara irregularidades en la concesión de una subvención a una multinacional minera en la que trabaja su hija. "Estamos contigo y contra quienes han traído el rencor y el odio, contra quienes practican la calumnia y la insidia y no respetan nada", dijo su sucesor en la presidencia, José Antonio Griñán.
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