Una tenue luz al final del túnel
Los empresarios consultados por EL PAÍS opinan que 2010 será la transición entre el desastre de la recesión y la esperanza en el despegue de la economía
La economía funciona como una noria: la destrucción de puestos de trabajo vuelve ahorrador y prudente al consumidor, que tiende a no gastar, por obligación o por temor, y su menor demanda de productos y servicios acaba desinflando la actividad económica, que tiene a las empresas como pivote. Si éstas van mal, con dificultades, además, para lograr créditos que las ayuden a funcionar, toman de nuevo la tijera para recortar costes y el empleo sufre. En éstas estamos: el paro sigue al alza, aunque su incremento pierde brío; el consumo continúa agazapado, pero con una atonía que ya tocó fondo, y el crecimiento económico es inexistente, pues el PIB aún es negativo, aunque no tanto. Sólo lo que nos compran fuera dulcifica la gravedad de la foto. Las empresas que menos viven del consumidor catalán sonríen más.
El consumo sigue agazapado y la industria que vende fuera respira
El año que ahora empieza se presenta para la mayoría como una fase de transición, como un puente entre el desastre de la recesión (2009) y la esperanza en un despegue (2011), según una docena de empresarios catalanes consultados por EL PAÍS. "Pongamos las luces largas" es la recomendación del ex ministro del PP Josep Piqué, presidente de la aerolínea Vueling, en su empresa y en su sector, más allá de los datos macroeconómicos.
Los años de transición se presentan plagados de datos contradictorios, porque cada elemento del conjunto tiene sus tiempos. Todo lo relacionado con el ladrillo y la gran bolsa de empleo que movilizaba a su alrededor, incluidas las industrias dependientes de la construcción, siguen hechos trizas. Pero en la economía productiva, que también existe, se detecta alguna brizna verde.
El último informe del servicio de estudios de Caixa Catalunya se explaya sobre la existencia de cierta "reactivación industrial" por el tirón de países vecinos con más suerte, aunque advierte de que las ramas de la industria menos competitivas lo pasarán fatal.
El indicador de clima industrial, termómetro de los humores de la industria que se mide en puntos de confianza, marca -26. Sí, es negativo, pero lleva 10 meses seguidos mejorando, desde el fatídico -46 de febrero de 2009. Y faltan más de 30 puntos de confianza para alcanzar el nivel de los alegres inicios de 2007.
"El indicador de clima es anticipatorio de lo que vendrá", reflexiona Antoni Soy, secretario de Industria de la Generalitat, quien afirma: "los pedidos totales de final de 2009 son los más altos en Cataluña desde octubre de 2008". Por primera vez en 19 meses, el índice de producción industrial marcó positivo en noviembre, con una subida del 2%. En cambio, las estimaciones sobre la inversión industrial son muy negativas, con caídas de dos dígitos.
Sobre la base de sus propias encuestas, la Cámara de Comercio de Barcelona también elabora un indicador de clima. "Y está repuntando, aunque siga en cifras negativas", explica Joan Ramon Rovira, responsable de su servicio de estudios, para quien entramos en una fase de "estabilización, de estancamiento, sin mejoras pero sin ir a peor". Estas encuestas dicen mucho de las perspectivas que se tienen sobre la marcha de los negocios, al tener en cuenta los pedidos, planes de exportación, el comportamiento del empleo y la inversión. Las respuestas de los empresarios varían según los sectores, pero, con prudencia, de ellas se desprende que vislumbran alguna luz al final del túnel. Mucho depende del número de patas sobre los que se asienten: "Un producto más diversificado, ventas a muchos países sin depender de uno, con mayor capacidad exportadora y asentarse en distintos sectores es un escudo protector", resume Soy. Y eso vale para todos. También para el sector financiero. Como dijo hace pocos días en su desayuno el presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu, ojalá hubiera tenido un tercio del negocio fuera de España.
El número de sociedades mercantiles que se crearon en noviembre y diciembre pasados aumentó el 1,1% respecto de diciembre de 2008, cuando llevaban reduciéndose desde agosto de 2007.
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