_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sobredosis de ferias

Estrella de Diego

Comentaba cierto galerista neoyorquino que mantener el espacio abierto daba lo mismo: el prestigio de su firma le permitía vender sin abrir. La queja habitual en Arco es la contraria: se abre sin vender lo suficiente. Merecería la pena plantear no ya qué les ocurre a los profesionales del sector este año, sino algunas de las posibles cuestiones que hacen que esta feria se encuentre en su enésimo dilema.

La primera, obvia, es la situación económica. Ahora se mira con más cautela cómo y dónde gastar. La segunda, es un asunto enquistado en la feria, incluso ese punto un poco fallido de su historia. Arco ha sido hasta cierto punto incapaz de crear una red de compradores más allá de los fieles o de las ventas institucionales.

Más información
Arco, reinventarse o morir
Arco 2010, en peligro

La tercera es que, al no haber creado esa red indiscutible de coleccionistas nacionales y extranjeros que fueran a Arco a comprar, como van a Basilea incluso aunque compren menos, Madrid no ha podido soportar la presión de las muchas ferias que van surgiendo en países de los llamados "emergentes". No es posible ir a todas las ferias: hay que elegir.

Y en este punto donde va surgiendo lo fundamental del asunto, ligado a nuestra posición en el panorama internacional en lo que al arte actual se refiere. ¿Por qué ir a la feria de un país periférico que cobra el metro cuadrado a precio de Quinta Avenida?, dicen. A Arco le ha faltado la voluntad de buscar una auténtica seña de identidad, algo que lo distinguiera de las demás ferias, pero tal vez es lo mismo que pasa con nuestra escena artística en general.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_