Zapatero defiende que España es un país de la máxima solvencia
El presidente reclama la mayor calificación para la deuda pública pese al castigo de los mercados
La marea de temor por el deterioro de las finanzas de varios Gobiernos europeos remite. Pero la tensión creada por el galopante déficit público de Grecia deja resaca. Y el castigo a los bonos españoles tras la advertencia de Standard & Poor's sobre una posible rebaja de su calificación, prueba que los mercados miran a España con suspicacia. Un recelo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se empeñó ayer en conjurar. "Debo subrayarlo. Dos de las tres agencias de rating han confirmado la máxima calificación para nuestra deuda. Es una calificación que el Gobierno comparte plenamente".
La repercusión del informe publicado el miércoles por S&P planeó sobre el discurso con el que Zapatero presentó el tercer informe anual de la Oficina Económica del Presidente. La agencia de calificación erizó los mercados al anticipar que habrá "una rebaja de la calificación" de la deuda española antes de dos años "si no hay medidas más agresivas para hacer frente al desequilibrio fiscal". En una hora, la Bolsa se dejó un 2,5% y el diferencial con el bono alemán se disparó.
El BCE considera que el informe negativo de S&P "es difícil de rebatir"
El jefe del Ejecutivo asegura que la recesión acabará "de modo inminente"
"Nuestro país presentará en 2010 un ratio de deuda sobre PIB muy inferior a la media europea", recalcó Zapatero, que obvió otras comparaciones más esclarecedoras: según la Comisión Europea, la deuda pública española llegará en 2010 al 66% del PIB, apenas la mitad del 120% que ya acumula Grecia. "El Tesoro español se está financiando en condiciones absolutamente normales", enfatizó.
El Tesoro sigue colocando los bonos con un coste muy bajo. Pero los efectos del aviso de S&P sí se dejaron sentir en la subasta de obligaciones a 10 años que se cerró ayer. La demanda volvió a ser alta, pero el tipo de interés al que se colocó fue algo superior al de la última sesión. Y el Tesoro cortó la subasta en 2.087 millones (había previsto una oferta máxima de 3.000 millones), antes de que el coste subiera más.
Los bonos a 10 años de casi todos los países europeos perdieron valor ayer otra vez, pero de forma mucho más moderada y homogénea: sólo cayó con fuerza la deuda pública británica, un adelanto de que las compras del Banco de Inglaterra pueden acabarse pronto. De hecho, el rendimiento de la deuda española (que se mueve en dirección opuesta al precio) aumentó menos que el del bono alemán. Los títulos griegos recuperaron un tercio de lo perdido en las dos jornadas anteriores. Y las Bolsas europeas cerraron en verde (el Ibex 35 subió un 0,5%).
S&P mantiene aún la segunda mejor calificación (AA+) al riesgo crediticio del Estado español, por encima de las notas que la agencia otorga a Grecia (A-) y Portugal (A+), que están también en el punto de mira de los inversores. Pero el aviso de que la nota puede bajar, y su repercusión en el mercado, obligó a Zapatero a llenar el discurso de referencias a su compromiso para atajar el déficit.
El presidente optó por no mentar a la agencia de calificación, pero sí replicó a sus dudas: defendió que se reducirá el déficit del 10% actual al 3% que exige Bruselas en 2013. Y dio prioridad absoluta al equilibrio de las cuentas públicas: "Para la economía española es una necesidad, capaz de desplazar a otros objetivos de nuestra política económica".
Zapatero se agarró a la máxima calificación otorgada por las otras dos grandes agencias de calificación para relativizar la opinión de S&P, lo que pone ahora el foco en Fitch y Moody's. "Miramos muy de cerca la política fiscal del Gobierno a medio plazo", explicó Brian Coulton, analista de Fitch, a Bloomberg. Coulton afirmó que el bajo nivel de deuda pública y el buen historial del Ejecutivo español en el recorte de déficit son argumentos para mantener la máxima calificación.
S&P, sin embargo, cree que el débil crecimiento del PIB por habitante en los próximos años -muy por debajo de la media de los países a los que otorga AA- y el elevado endeudamiento exterior- similar al de Grecia y Portugal- ponen sordina a la capacidad de pago de España.
Las razones de S&P recibieron el llamativo aval del José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo. "El informe es difícil de rebatir", señaló González-Páramo en declaraciones a Efe. González-Páramo coincidió con S&P en que las medidas adoptadas por el Gobierno no son suficientes para mantener el déficit bajo control. "Creo, con matices, que es difícil no estar de acuerdo con esa observación", comentó.
Por su parte, el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, incluyó a España entre los países que generan más dudas entre los inversores, a los que los analistas suelen referirse como los pigs ("cerdos" en inglés, y también las siglas de estos países). "Los mercados son globales, lo que sucede a un vecino nuestro como Grecia, nos afecta a nosotros, a Irlanda, a Italia, a Portugal, a países que tienen una tarea más exigente por delante", dijo en Punto Radio.
Los mensajes para apaciguar a los mercados, más o menos subliminales, condicionaron el discurso de Zapatero, que hizo un balance "satisfactorio" del Plan E, el compendio de medidas anticrisis desplegadas por el Gobierno desde 2008. Destacó, sobre todo, los efectos de los fondos de inversión extraordinaria, dotados con 11.000 millones. "Se ha tratado de descalificar todo ese esfuerzo con la imagen peyorativa de un abrir y cerrar zanjas", recordó Zapatero, quien sostuvo que, sin la iniciativa del Gobierno, habría 460.000 parados más y la tasa de paro estaría en el 20% (ahora es del 18%).
Apenas dos semanas después de que anunciara otra catarata de reformas (no todas nuevas y de calado muy diverso) no se esperaban novedades. Y no las hubo. Eso sí, el presidente mantuvo que la economía española va a salir de la recesión "de modo inminente". "Después de reanimar a una economía aturdida, el tren del crecimiento está muy próximo", dijo. Y forzó la metáfora, a pique de descarrilar: "Este tren aumentará su velocidad hasta adquirir la necesaria para crear empleo. La vía por la que va a discurrir la conocemos, no puede ser otra que la de producir más y mejor".
El informe del presidente se presentó esta vez en el Salón de los Tapices de La Moncloa. Zapatero argumentó que el edificio del Consejo Económico y Social, donde se debía celebrar el acto, está en obras. El menor aforo del salón no ocultó que la representación de los empresarios volvió a menguar, con la sonora ausencia de los primeros espadas de las finanzas, con la excepción de Ángel Ron, del Banco Popular.
La Moncloa también impidió que los periodistas hablaran con los invitados tras el acto, como había ocurrido en los años anteriores. Así que las agencias internacionales se quedaron sin la reacción de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, al informe de S&P. Y la prensa española no pudo preguntar a los presidentes de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y de Cepyme, Jesús Bárcenas, ambos presentes en el acto, sobre sus desavenencias. Otra vez será.
Balance del Plan E
- Rescate financiero sin coste. La intervención en apoyo de la banca reporta hasta ahora 1.600 millones de beneficios al Tesoro.
- El ICO palía la escasez de crédito. Los préstamos del organismo estatal suman el 25% de la financiación a familias y empresas.
- Obras para crear empleo. Según el Gobierno, los fondos extraordinarios de inversión han generado medio millón de contrataciones.
- Balón de oxígeno al automóvil. Las ayudas para comprar coches han elevado las matriculaciones un 40% en noviembre.
- Más VPO y alquiler. El 40% de las viviendas iniciadas son protegidas y el 13% de las familias viven en alquiler.
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