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Reportaje:Gastronomía

Diez años de pedagogía vinícola

Creada en Madrid, la tienda Lavinia exporta su modelo de negocio al mundo

Rosa Rivas

París no fue primero. Fue Madrid. Porque aunque muchos lo crean, Lavinia no tiene pasaporte francés, aunque su fundador sí. Thierry Servant, enamorado de España, eligió la ciudad donde vivía y trabajaba para materializar un "concepto lúdico y pedagógico" de entender el mundo del vino, que ya ha cumplido 10 años.

"Yo quería hacer con los vinos como la Fnac con los libros", dice este gastroempresario, con un pasado vinculado muchos años al mundo de la cosmética en L'Oreal. "Una cuestión de calidad de vida" piensa que une al perfume y al néctar de uva. Y no sólo lo cree él. "Los jóvenes se están abriendo al universo apasionante de las sensaciones" contenidas en una botella, que puede ir de los 5 euros a los 10.000 o los 80.000 euros, según la franja madrileña o parisina. El precio del placer lo pone el público, ayudado por un equipo de dependientes que saben de lo que hablan.

La calidad de vida une al néctar de la uva con el perfume, según su fundador
"Es un lujo para el aficionado", dice el presidente de la Unión de Catadores

La ruta del descubrimiento va de los estantes abiertos, con vinos baratos y sabrosos, a una cámara de tesoros, con vitrinas que esconden lo mejor de las casas vinícolas españolas y del mundo. "Lavinia nació como un espacio de intercambio de cultura que promoviera la relación entre productores y clientes", deja claro Servant.

"Representa un modelo de lujo para el aficionado. Lujo no económico, sino enfocado a una oferta basada en el conocimiento, con un catálogo a la altura de pocos, atención personalizada y mimo a su invitado principal, el vino", opina el presidente de la Unión Española de Catadores, Fernando Gurucharri."Para el público ha sido la mejor forma de integrar el vino de calidad en las casas, pues hasta ahora sólo se hacía en restaurantes. Y para las bodegas, un interlocutor de alto nivel y un escaparate para llegar a nuestros clientes", asegura el cotizado enólogo Ignacio de Miguel, quien destaca la suma de factores: "la forma de presentar los vinos, la cualificación de los empleados, la oferta internacional y la constante organización de eventos atractivos".

Lavinia (ww.lavinia.com) acaba de cumplir diez años en la milla de oro de Madrid, en Ortega y Gasset. La vinoteca (mil metros cuadrados, 4.500 referencias) tiene un restaurante mezcla de bistró y bar de tapas, dirigido por el chef Ángel García. Y su Torre de degustación se ha convertido en un espacio habitual de afterwork. Junto a este dispensador de tintos y blancos se congregan paladares curiosos que quieren viajar por el mundo copa en mano antes de decidir lo que compran.

Lavinia Barcelona tiene ocho años y a la tienda catalana le siguió el otro establecimiento bandera de la marca. En la gourmet plaza de la Madeleine, se erige Lavinia París, con 1.200 metros cuadrados repartidos en tres pisos y más de 6.000 referencias de vinos de una treintena de países.

Hace una década fueron pioneros, pero su visión ha creado escuela. "La competencia nos ha servido para aprender, para perfeccionarnos", dice Servant. "Nuestra filosofía sigue siendo la misma, esforzarnos por hacer llegar al consumidor la pasión por el mundo del vino, por el respeto y admiración a las personas detrás de cada botella".

Su imperio ha llegado al ciberespacio y, mientras dirige la mirada a mercados asiáticos y americanos, la fuerza se concentra en Europa. En sus ocho tiendas (España, Francia, Suiza y Ucrania) cuenta con más de 150 trabajadores. Sus nuevos formatos incluyen espacios más pequeños, de 200 metros cuadrados y 1.000 referencias de media, ubicados en centros comerciales. Son sus apuestas, junto a la presencia en aeropuertos. Ahora comparten local en El Prat con la tienda de delicatessen Sybarium y en el horizonte hay otros dos aeropuertos nacionales. El volumen de negocio es de unos 35 millones de euros. Está claro que la pasión por el vino resiste a la crisis.

Una de las asesoras de la primera vinoteca de Lavinia en España, en Madrid.
Una de las asesoras de la primera vinoteca de Lavinia en España, en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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