_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El canario que nunca se aplatanó

Julio Llamazares

Viéndole ir de un sitio a otro, escribir, dar conferencias, coger aviones como el que coge taxis (y taxis como el que coge aviones), ver el fútbol mientras habla por teléfono, comer y dormir a un tiempo, viajar y estar en casa a la vez, uno creería que no tiene más de 30 ó 40 años, exagerando mucho. Pero esa misma vitalidad que ya es famosa en España entera ha hecho que haya vivido tantas cosas que los 61 parecen pocos. Así que convengamos que los 61 son los que tiene y celebrémoslos en lo que significan: que Juan Cruz ha llegado hasta esa edad sin perder un ápice de su energía.

Hay un mito que acompaña a los canarios, que es el de su aplatanamiento. Se refiere a esa indolencia que impregna todos sus actos, ya sea el canario político, filósofo o futbolista. Si es así, lo que está claro es que Juan Cruz salió atravesado. Y ello a pesar de ser un canario auténtico, de esos que, en cuanto les dejan, cogen el primer avión y se plantan en las islas dispuestos a empaparse de su aroma y sus paisajes, como si lo necesitaron para seguir viviendo. Juan Cruz del aplatanamiento sólo conoce las plataneras, de las que tanto habla en sus libros, y el peligro de las cáscaras de plátano, que más de una vez pisó porque alguien las puso en su camino. Por eso vive como si se estuviera yendo, como si el tiempo de que dispone fuera muy breve para todo lo que quiere hacer, y por eso escribe con compulsión, llenando periódicos y más periódicos y publicando libros como el que regala flores. Algo que también acostumbra a hacer, aunque siempre las compren sus secretarias.

Más información
Los 'Egos revueltos' del mundillo literario, bajo la lupa de Juan Cruz

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_