Merkel promete que Alemania saldrá más fuerte de la crisis
La canciller alemana niega que su respuesta a la recesión fuera tardía
La canciller alemana, Angela Merkel, defendió ayer en Berlín la gestión que su Gobierno ha hecho frente a la crisis financiera, que ha sido criticada por tardía, y prometió que Alemania saldrá de ésta reforzada como superpotencia económica. El PIB alemán caerá un 6% este año según las previsiones oficiales. A 90 días de las elecciones federales, los delegados de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y de su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), respaldaron el programa electoral de Merkel, en el que promete una rebaja de impuestos de 15.000 millones de euros durante la próxima legislatura.
En su discurso de media hora, Merkel respondió a quienes censuran la indefinición de sus planes contra una crisis que, como señaló la propia canciller, golpea a Alemania con particular dureza. "Tenemos la fuerza para hacer frente al mayor desafío económico al que se ha enfrentado Alemania en los últimos sesenta años", sostuvo Merkel. Los democristianos cerraron filas demostrativamente en torno a la canciller y le brindaron más de cuatro minutos de aplausos, un día después de que su partido zanjara el debate sobre la futura política fiscal, con una apuesta por los recortes fiscales pese al rampante déficit público.
La líder de la CDU reconoce que necesita un pacto con los liberales
La renuencia de Angela Merkel a rebajar los impuestos, tajante hasta hace unos meses, ha ido flaqueando según se aproxima la cita electoral del 27 de septiembre. Mientras ella trataba de mejorar las relaciones transatlánticas la semana pasada en Washington, sus barones regionales se enzarzaron en un debate sobre la conveniencia de subir los impuestos. Un puñetazo en la mesa de la canciller acabó con la discusión.
Es un asunto resbaladizo para la CDU, que se presentó a las elecciones de 2005 con la propuesta de subir el IVA. Pese a su tremenda ventaja en todas las encuestas, estuvo a punto de no ganar. Además del carisma del contrincante Gerhard Schröder (SPD) y del gusto alemán por votar lo contrario de lo que auguran las estadísticas, muchos en la CDU atribuyen el fiasco a aquella sinceridad sobre el IVA, que aumentó al 19% en 2007. Ahora, poco importa que diversos economistas alerten sobre las consecuencias sobre el déficit y el endeudamiento de los más de 80.000 millones recién gastados en reactivar la economía.
Horst Seehofer, líder de la CSU y primer ministro de Baviera, precedió ayer a Merkel con un discurso cuyos encendidos piropos hicieron reír a más de uno. Ha sido Seehofer el principal valedor de la rebaja fiscal. Desde que abandonó el Gobierno de gran coalición para gobernar Baviera el pasado octubre, los pulsos de Seehofer a sus socios de Berlín han causado más de un dolor de cabeza en la cancillería.
Merkel reconoció que su partido necesitará una alianza poselectoral con los liberales del FDP para gobernar y que su deseo es poner fin a la actual coalición con los socialdemócratas. "Las coaliciones entre los dos principales partidos deben ser una excepción y no la fórmula habitual en los sistemas democráticos", dijo Seehofer.
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