El PNV desautoriza a su socio en Guipúzcoa en otra polémica fiscal
El portavoz foral niega las reformas que plantea un diputado de Alkarbide
El portavoz de la Diputación guipuzcoana, el peneuvista Eneko Goia, cortó ayer de raíz el intento del diputado de Hacienda, Pello González, de Alkarbide (antes EA), su socio en el Gobierno foral, de abrir sin consenso previo un debate sobre reformas fiscales en este territorio. De nuevo, los cambios en las normas tributarias reabren la polémica y los enfrentamientos que estos dos partidos mantuvieron durante dos años sobre la bajada del tipo general del Impuesto de Sociedades.
En esta ocasión, el desencuentro se avivó tras la determinación del titular de Hacienda de analizar la posibilidad de eliminar la ayuda de los 400 euros en la declaración del IRPF,vigente en toda España, y aumentar en un punto, del 45% al 46%, la retención de las rentas más altas. Sin mediar ninguna pregunta de los periodistas, Goia negó ayer la mayor en una comparecencia pública: "En la agenda del Gobierno foral no existe en este momento ninguna intención de hacer reformas fiscales", recalcó. Sus palabras suponen una desautorización en toda regla a las declaraciones de González y la demostración de que el PNV y Alkarbide mantienen puntos discordantes en la política fiscal.
"El Gobierno foral no tiene en su agenda reformas fiscales"
Fuentes de la Diputación aseguraron que las modificaciones tributarias planteadas "unilateralmente" por Hacienda "no están asumidas por la Diputación". "Cualquier propuesta de cambios fiscales tiene que pasar primero por el Consejo de Diputados y eso no está previsto de ningún modo", aclararon dichas fuentes. Y precisaron que esta discrepancia fue resuelta ayer mismo en una conversación privada entre representantes del PNV y Alkarbide.
Ambos partidos ya habían dejado notar diferencias de gran calado en la pasada legislatura y en la actual a cuenta de la reforma del Impuesto de Sociedades. Los desencuentros llegaron hasta el punto de abrir una profunda crisis cuando, en diciembre de 2007, el diputado general, Markel Olano, impuso por decreto y en contra de los diputados de EA rebajar el impuesto empresarial hasta el 28%. Las dos formaciones nacionalistas necesitaron todo el año pasado para poder superar estas diferencias. Escenificaron el fin de las hostilidades con la firma de un pacto fiscal que incluía una batería de medidas, entre las que incluyó la controvertida reducción del Impuesto de Sociedades.
La paz ha durado apenas seis meses. El diputado de Hacienda reabrió ayer la controversia al plantear que en septiembre próximo tiene previsto presentar al grupo de trabajo del IRPF en las Juntas Generales una propuesta para subir un punto el tipo de gravamen a las rentas más altas y suprimir la devolución de los 400 euros que impulsó el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Explicó que tales medidas son las únicas que están recogidas en el citado pacto fiscal entre PNV y EA y todavía no se han aplicado.
La oposición aprovechó para criticar la falta de acuerdo entre los dos socios del Ejecutivo foral. El PSE, principal grupo de la oposición, señaló que este nuevo desacuerdo demuestra que "hay dos diputaciones diferentes y ningún diputado general", señaló su portavoz, Julio Astudillo. El portavoz juntero socialista puso el acento en la "falta de cohesión" en el seno de la Diputación.
La popular Regina Otaola no hizo ninguna referencia a la falta de acuerdo entre los dos socios nacionalistas y se limitó a criticar una "subida de impuesto" que refleja "el fracaso de la gestión de la Diputación". Por su parte, Arantza González, de EB, se felicitó por la intención del departamento de gravar a quienen más ganan.
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