Siempre a la baja
¿Cuántas personas han sido ya infectadas por la nueva gripe? Nunca se sabrá. Es lo que tienen los análisis: sólo se encuentra lo que se busca. Por eso las cifras oficiales (los 12.954 casos que da la Organización Mundial de la Salud, los 6.764 que llevaba la web de los centros de control de enfermedades de Atlanta, los 414 del Centro Europeo de Control de Enfermedades o los 21 militares que daba ayer el Ministerio de Sanidad español) son siempre una estimación a la baja. Todo el que haya tenido una variante leve de la gripe que no le haya obligado a ir al médico, o todo el que haya acudido a un ambulatorio pero le hayan diagnosticado otra cosa, no entrará en la lista. Es imposible encontrar lo que no se busca.
A esta infrarrepresentación es a lo que se refirió ayer la ministra de Sanidad española, Trinidad Jiménez, cuando dijo que seguro que hay más casos que los registrados. Por no salir de las consecuencias del H1N1, hace ya un par de semanas que los centros de control de enfermedades de EE UU calculaban que en el país había más de 100.000 afectados, aunque sólo se hubieran confirmado, análisis en mano, unos 3.000. Lo normal es que sólo las personas con síntomas más graves vayan al médico. O las que tengan gripe ahora, cuando ya no toca, y hayan estado en México o el resto de Norteamérica recientemente. Para muchos de los demás no compensará el tiempo y la espera de ir a un ambulatorio cuando sólo se tiene algo de fiebre y un ligero moqueo.
Y eso, en países como España, donde ir al médico es, para la inmensa mayoría, gratis. Si encima cuesta dinero -como en EE UU, por poner el país con más casos confirmados- será mucho más difícil que se detecten.
Por eso la propia OMS cree que muchos países dejarán dentro de poco de contar los casos uno a uno. No es desidia ni falta de interés. Es que no es realista ni práctico. Hacer un análisis cuesta tiempo y dinero. Cuando sólo hay un par de centenares de casos, puede tener sentido: se puede intentar aislarlos, tratarlos a todos. Pero ante una enfermedad leve y de fácil transmisión, cuando el número de enfermos es de varios miles, el esfuerzo, simplemente, no compensa.
Es algo que los periodistas conocen muy bien. Si mañana se diera un caso -uno solo- en Egipto, el país que este año ha tenido más casos de gripe H5N1 (la aviar, que resulta tan mortal) sería mucho más noticia que los siguientes 100 que admita Estados Unidos.
Por una vez, lo que ocurra en un país menos rico tendrá más repercusión mundial que lo que suceda en la primera potencia del planeta.
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