Los ganaderos protestan en Galicia contra la caída del precio de la leche

Más que manifestaciones aisladas, lo de ayer en Galicia fueron gritos de auxilio de un sector gravemente enfermo. Miles de ganaderos salieron a la calle en las cuatro provincias gallegas para reclamar un plan de choque a la Xunta y al Ministerio de Medio Rural, que garantice el futuro de 13.000 granjas. Si los Gobiernos de Santiago y Madrid no aportan soluciones, los tractores volverán a la calle para repetir las multitudinarias protestas de los noventa contra la Política Agraria Común.

Años después, el campo gallego vuelve a estar unido en su de-sesperación. Xóvenes Agricultores, el Sindicato Labrego Galego y Unións Agrarias protagonizan una única lucha contra un enemigo distinto. Ya no lo son las industrias transformadoras con las que cada granja discutía el precio del litro de leche después de vaciar los tanques.

En vísperas de la protesta, Leche Pascual anunció esta semana un expediente de regulación de empleo que echará a la calle a sus 155 trabajadores de la fábrica de Outeiro de Rei (Lugo) y que también se llevará por delante 70 nóminas en Aranda de Duero. En la misma situación se encuentran otras importantes firmas lácteas porque la leche en cartón ya sólo es negocio para las distribuidoras alimentarias.

En medio de la crisis, las marcas blancas copan casi la mitad del mercado. Durante meses la cuesta abajo de los precios se ha empinado en un producto que los hipermercados siguen utilizando como reclamo. Si hace un par de años era imposible encontrar un brik por debajo de los 70 céntimos, ahora las estanterías de Dia ofertan un litro por medio euro. En las baldas de Alcampo el precio baja hasta 49 céntimos.

Pérdidas diarias

A ese importe, hay que restarle los 12 céntimos que cuestan el tapón, el envase y el impuesto de Ecoenves y, sobre todo, el margen de beneficio de las cadenas. Lo que queda, 28 céntimos, es la renta que reciben los ganaderos. Y éstos o lo toman o lo dejan. A la mayoría no les queda opción, porque como repiten últimamente los dueños de las explotaciones, los bancos no admiten vacas para pagar las cuantiosas inversiones que las granjas han realizado para adaptarse al sistema de cuotas de la Unión Europea que desaparecerá en 2015. El sector calcula que cada día pierde un millón de euros.

Roberto García, portavoz de Unións Agrarias, sospecha que las cadenas priman sus propios productos frente a terceras marcas. Eso explicaría que los lineales exhiban cartones a 49 céntimos junto a otros de la competencia que rondan el euro. En su último informe, el Tribunal de Defensa de la Competencia del País Vasco, sostiene que las cadenas "se convierten en productores y distribuidores al mismo tiempo para decidir qué y cómo venden". Ese dictamen sirve a los sindicatos para anunciar una batería de medidas contra las grandes cadenas de la alimentación.