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China teme por sus inversiones en EE UU

Pekín asegura que tiene reservas suficientes para incrementar el plan de estímulo

El primer ministro chino, Wen Jiabao, salió ayer a la palestra, en su comparecencia anual ante los medios de comunicación, y lanzó un mensaje tranquilizador al mundo: China cuenta con suficiente "munición" para reactivar su economía y alcanzar el objetivo fijado de crecer un 8% este año si el plan de estímulo aprobado en noviembre pasado no es suficiente. Pekín ha asegurado en repetidas ocasiones que la mejor contribución que puede hacer a la recuperación global es garantizar su propio crecimiento, y ayer insistió en que mantenerlo es su prioridad. Wen aprovechó para enviar una andanada contra EE UU. Dijo que estaba siguiendo de forma muy atenta la evolución de la economía norteamericana, y pidió a Washington que proteja la seguridad de las inversiones chinas en activos estadounidenses, como bonos del Tesoro.

El país es el mayor propietario de deuda pública estadounidense

"Hemos prestado una cantidad enorme de dinero a EE UU. Estamos un poco preocupados por la seguridad de nuestros activos. Pido a EE UU que mantenga un buen crédito, que haga honor a sus promesas y garantice la seguridad de los activos chinos", afirmó. Con su accesible tono académico habitual, Wen dijo que China ha trabajado para diversificar los dos billones de dólares que tiene en reservas de divisas extranjeras, y señaló que "en general" estaban seguras. Pero se mostró inquieto por las inversiones en deuda pública estadounidense. China fue durante el año pasado el principal propietario de deuda del Tesoro estadounidense, por delante de Japón. Estas inversiones son esenciales para que la Administración de Barack Obama pueda financiar su plan de estímulo económico.

"Tenemos preparados los planes para afrontar tiempos incluso peores, y para ello hemos reservado la munición adecuada. En cualquier momento, podemos introducir nuevas políticas de estímulo", señaló respeto a la situación económica china. El primer ministro aseguró que el objetivo de aumento del PIB (producto interior bruto) para este año, aunque "difícil", es "posible", gracias a las medidas adoptadas, como un aumento del 24% del gasto del Gobierno, que disparará el déficit hasta 950.000 millones de yuanes (107.500 millones de euros) en 2009, el mayor en 60 años.

El plan de estímulo en marcha por valor de cuatro billones de yuanes (452.600 millones de euros) hasta 2010 incluye inversiones en infraestructuras y programas sociales, destinados a luchar contra el paro e incentivar el consumo. Además, habrá recortes de impuestos por más de 500.000 millones de yuanes (56.600 millones de euros). Al mismo tiempo, reafirmó la voluntad del Gobierno de mantener el yuan estable, pese a las presiones para que aprecie su divisa frente al dólar.

"La confianza es más importante que el oro y el dinero. Lo primero y lo más importante, debemos tener una gran confianza. Sólo cuando tenemos una gran confianza, podemos tener más valor y fortaleza, y sólo cuando tenemos valor y fortaleza, podemos vencer las dificultades", dijo ante cientos de periodistas, en el Gran Palacio del Pueblo, tras la clausura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional.

La economía china se ha visto gravemente afectada por la crisis. Las exportaciones se desplomaron un 25,7% en febrero, y el índice de precios al consumo ha caído por primera vez en seis años. El PIB aumentó un 6,8% en el último trimestre de 2008, frente a un 9% en el conjunto del año, y un 13% en 2007. Un descenso originado por la disminución de la demanda extranjera, en un país cuya economía depende excesivamente de las ventas en el exterior. Como consecuencia, 20 millones de emigrantes internos se han quedado sin trabajo, poniendo en riesgo la inestabilidad del país y la posición del Partido Comunista Chino, que ha buscado su legitimidad en el fuerte crecimiento económico y el aumento del nivel de vida en los últimos 30 años.

Durante las dos horas y 20 minutos que duró la rueda de prensa, se sucedieron, de forma perfectamente orquestada, las preguntas entre periodistas chinos y extranjeros. Como es tradición, los responsables del Gobierno contactaron a algunos medios escogidos estratégicamente para ofrecerles preguntar al primer ministro y pedirles las cuestiones por adelantado.

La comparecencia de Wen ante los medios se produjo mientras trascendía que la esposa y los dos hijos (una niña de 15 años y un niño de cinco) de uno de los disidentes chinos más prominentes, el abogado Gao Zhisheng, se han refugiado en Estados Unidos tras huir de China. La policía se llevó a Gao en febrero, y, desde entonces, está en paradero desconocido.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, durante la conferencia de prensa de clausura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, durante la conferencia de prensa de clausura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional.AP

El primer ministro acusa a algunos países occidentales de utilizar al Dalai Lama

El primer ministro chino, Wen Jiabao, acusó ayer al Dalai Lama de "intoxicar" a líderes políticos mundiales para ganar apoyo internacional para su causa, y añadió que, a su vez, hay países occidentales que están "utilizando" al líder tibetano para inmiscuirse en los asuntos internos chinos.

Fueron duras palabras en medio de la delicada situación que atraviesan las relaciones entre ambas partes, cuando acaban de cumplirse 50 años del fallido levantamiento popular en Tíbet contra el régimen de Pekín, que forzó al dirigente budista a exiliarse en India. "El Dalai Lama ha estado viajando por todo el mundo, y es bastante capaz de engañar a algunas figuras políticas en otros países", afirmó Wen, para arremeter -sin nombrarlos- contra aquellos Gobiernos que, según aseguró, lo utilizan.

Wen dijo que la situación en el territorio del Himalaya es "en su conjunto estable y pacífica", e insistió en que la estabilidad y el progreso económico experimentados por Tíbet "prueban que las políticas adoptadas son correctas". Respondió así a las declaraciones efectuadas el pasado martes, 10, día de la efemérides, por el Dalai Lama, quien aseguró que China ha creado durante este medio siglo un "infierno en la tierra" en Tíbet, y que la religión, la cultura, la lengua y la identidad tibetanas "están cerca de la extinción". Salió así, igualmente, al paso de las críticas por el fuerte dispositivo militar que ha desplegado en las últimas semanas en la región autónoma y otras provincias vecinas para evitar que se reproduzcan revueltas como las que estallaron el año pasado, y por la prohibición a los extranjeros de viajar a Tíbet y estas regiones. El primer ministro, no obstante, tendió la mano y afirmó que el Gobierno está preparado para reunirse con los enviados del Dalai Lama, aunque con condiciones. "Estamos dispuestos a conversar con sus representantes, siempre que renuncie al separatismo".

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