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En 2013 faltará sitio para depositar unos dos millones de toneladas de residuos

El Colegio de Ingenieros defiende la idoneidad de la incineración

Cataluña genera casi 4,5 millones de toneladas de residuos municipales que reciben tratamientos diversos, desde la selección hasta, en algunos casos, la eliminación. Pero la basura crece, en paralelo a la población, y no lo hace el territorio, de ahí que, si no se pone remedio, al final todo será un inmenso vertedero de residuos. Y lo que es peor, ese futuro no anda demasiado lejano. El análisis de la situación hecho por el Colegio de Ingenieros de Cataluña señala que para el año 2013 "puede haber un déficit de capacidad de tratamientos de residuos de aproximadamente dos millones de toneladas al año", residuos que se dividen en los de origen doméstico y los que se producen en las actividades comerciales e industriales de las ciudades.

Los problemas de incineración vistos en los setenta han sido eliminados

La basura no puede seguir creciendo y ocupando espacio, de ahí que convenga, por supuesto, pensar en nuevos depósitos, pero sin perder de vista la oportunidad de la incineración, que hoy ya no presenta riesgos contaminantes como en el pasado (los filtros eliminan la emisión de toxinas) y, además, puede ser fuente de generación de energía.

No son datos menores, sostiene la comisión de ingenieros que ha elaborado el diagnóstico trabajando con datos facilitados por el propio Departamento de Medio Ambiente. "Sumando la energía procedente de los residuos municipales, industriales, forestales y ganaderos", el ahorro que se produciría en el conjunto de España sería de "entre un 8% y un 9% de la energía primaria consumida". O lo que es lo mismo, "significaría un ahorro de 34 millones de toneladas de emisiones de CO2 cada año, en la línea de mejora de los procesos productores del cambio climático".

Las ventajas de la incineración están asociadas al desarrollo tecnológico. "Las plantas de incineración existentes hoy son plantas de energía de alta tecnología en las que los problemas detectados en los años setenta han sido eliminados". Ahora, "las dioxinas ya no son un problema con los sistemas de depuración de gases utilizados", de ahí que en Alemania las emisiones de dioxinas de las incineradoras se hayan reducido casi mil veces, hasta convertirse en "menos del 1% de las emisiones derivadas de la actividad humana".

Esto hace que haya incineradoras en no pocas ciudades europeas, como París, Londres, Berlín, Amsterdam, Zúrich, Estocolmo, Copenhague y Viena, entre otras. En el momento actual, "los países donde se registran los mayores porcentajes de reciclaje (Dinamarca, Alemania, Suecia, Suiza y los Países Bajos) es donde la incineración con recuperación de energía presenta una mayor implantación".

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Tras el diagnóstico, las propuestas. Primera, la incineración, que "forma parte de las mejores tecnologías de tratamientos térmicos disponibles a corto plazo". Segundo, "a corto y medio plazo sólo se pueden garantizar las capacidades de tratamiento necesarias con la construcción de nuevos depósitos y el incremento de la capacidad de incineración".

Conviene tener en cuenta los calendarios. Se necesitan entre tres y seis años para llevar a la práctica cualquier solución que se elija, de ahí que convenga empezar ya a pensar "en la ampliación de las plantas incineradoras existentes y prever nuevas instalaciones en la región metropolitana (que incluye el área metropolitana, Maresme, Vallès Oriental y Occidental, Baix Llobregat y Garraf)". Por supuesto, estas medidas deben ir acompañadas de la selección de los residuos en origen, tanto en el caso de los domésticos como en el de los industriales.

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