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Reportaje:

El cemento acecha a la Toscana valenciana

Varios proyectos amenazan el eje Alcusses-Alforins, una zona de gran valor vitivinícola, ambiental y paisajístico

Todavía es un pequeño secreto por explotar. Pero al territorio entre las comarcas de La Costera y La Vall d'Albaida, en el triángulo equilátero formado por Moixent, la Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins, se le conoce ya como la Toscana valenciana. La razón: un bello paisaje salpicado de viñedos, en lo que se denomina el eje vitivinícola Alcusses-Alforins, en el que se producen algunos de los mejores caldos de la denominación de origen Valencia. Una zona, además, donde comienzan a proliferar los alojamientos rurales y que acoge el poblado ibérico de La Bastida, monumento histórico artístico desde 1931. Un polo con un evidente potencial turístico y económico que, sin embargo, ve amenazada su fisonomía por diversos proyectos industriales y urbanísticos.

Girsa y FCC preven tratar en Moixent los residuos de 300.000 personas
Fontanars planea una urbanización para 800 viviendas y campo de golf

La última de estas iniciativas es un planta de tratamiento de residuos de grandes dimensiones, proyectado por Girsa y Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) en Moixent, en la zona de Les Alcusses, planteada para dar servicio a 300.000 habitantes de La Costera, La Canal de Navarrés, La Safor, La Vall d'Albaida y el Valle de Ayora-Cofrentes. La oposición local al proyecto ha sido contundente. El portavoz socialista de Moixent, Josep Lluís de la Piedad, y Acció Ecologista-Agrò, alertan de la "barbaridad" de ubicar un gran vertedero cercano a La Bastida, los alojamientos rurales y los viñedos de la zona, por las afecciones al paisaje, el ecosistema, y los probables problemas de contaminación en una zona que exporta su producción vinícola a Estados Unidos y Europa. "El eje Alcusses-Alforins es una de las zonas con más futuro vinícola de la Comunidad Valenciana", aclara el productor Pablo Calatayud, "en parte por el prestigio de un valle privilegiado por el clima y el terreno". "Si nos colocan un vertedero al lado, ¿qué imagen daríamos?", se lamenta, y asegura que, cómo mínimo, el impacto en el aroma de los caldos estaría asegurado.

Una anuencia a la que se sumó el alcalde de Moixent, Vicente Dubal, del PP, después de haber dicho en un primer momento que había que valorar la propuesta y de comprometerse a convocar un referéndum si el vertedero provocaba "crispación social". Finalmente, en el pleno celebrado el día 12 de febrero, el PP votó en contra. En todo caso, la decisión final no depende del ayuntamiento, sino del área de gestión número 2 del consorcio de residuos. Según el plan zonal de 2004, Moixent es uno de los municipios susceptibles de acoger la instalación por el grado de impermeabilidad de su suelo, entre otros factores.

Pero hay otros motivos de desasosiego en la zona. A finales del año pasado trascendió que el gobierno municipal de Fontanars dels Alforins, en manos del PP, había modificado el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para clasificar 100.000 metros cuadrados y dar cabida a un proyecto urbanístico con 800 viviendas y campo de golf que supondría cambiar la fisonomía de un enclave considerado lugar de interés comunitario (LIC) y con problemas para abastecer de agua a una colonia de estas dimensiones.

A pocos quilómetros de esta zona, el término municipal de Montesa, el ayuntamiento prevé cuadruplicar la extensión de la actual cantera de áridos, en plena Serra Grossa pero visible desde la autovía a Almansa, hasta alcanzar los 372.642 metros cuadrados. El alcalde de Montesa, el popular José Albalat, también ha prometido convocar un referéndum. Los opositores a estos proyectos ya han advertido que plantearán batalla.

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