Un toque de 'glamour' y un mucho de dinero
Ensayo de la gala de los Goya de esta noche entre vaqueros, tacones y nervios
Sha Sha no entiende el castellano. Y sin embargo ahí está sentada, sonriente, en los ensayos de la gala de los Goya, la fiesta del cine español que se celebra esta noche en el Palacio de Congresos del Campo Ferial Juan Carlos I de Madrid. En sus manos tiene un cartel con el nombre y la foto de Carme Elías -candidata al premio a la mejor actriz por Camino- y pasa la mañana del sábado como su sustituta. Dos filas más adelante, Carlos Cheung, su acompañante, sirve como improvisado intérprete y suplente de Javier Fesser, el director de Camino. Miran sin pestañear cómo en el escenario se suceden los presentadores que harán entrega de los trofeos: Olivia Molina, Fernando Guillén Cuervo, María Botto, Malena Alterio, José Corbacho, Belén Rueda, Icíar Bollaín, María Valverde, Clara Lago, Goya Toledo... Ellas van en plan arregladas pero informales, es decir, de vaqueros pero con los taconazos que esta noche lucirán en la gala. Es complicado bajar por una gran escalera que se va abriendo a semejanza de una cornucopia. Pilar Bardem y Jesús Bonilla son una de las parejas más divertidas; Manuela Velasco protagoniza un inspirado homenaje a Rec; los vídeos de Muchachada Nui dan buena muestra de su talento, el clip dedicado a Jesús Franco provocará algaradas entre los biempensantes... Manel Iglesias, responsable de la gala, coreografía las entradas y salidas de los entregadores, los figurantes que sustituyen a los ganadores -en vez de estatuillas, usan botellines de agua, y uno llega a pronosticar que algún día recogerá uno de verdad- y Carmen Machi, la presentadora, repasa un guión con mucha interactuación con el patio de butacas, como descubrirá Benicio del Toro.
Morales: "El galardón catapultó a 'La soledad', la enganchó con su público"
Detrás, entre bastidores, se forman corrillos. En uno se reúnen cuatro realizadores: los dos vicepresidentes de la Academia, Enrique Urbizu y Manuel Gómez Pereira, junto a Nacho Vigalondo y Juan Antonio Bayona, que entregarán juntos un Goya. Cerca, el ganador del Oscar Jorge Drexler se declara inmensamente feliz tras su reciente paternidad. El camerino del vestuario rebosa de diseño español: la Academia ha llegado a un acuerdo con la Asociación de Creadores de Moda de España para poner a disposición de académicos y finalistas un guardarropa patrio. Con gran éxito, visto el ajetreo que durante toda la semana ha vivido el showroom montado en la sede de la Academia.
Aparece Concha Velasco junto a un figurante que sustituye al productor Enrique Cerezo. La pareja entregará uno de los principales cabezones de la noche. Es lógico que participe un productor. Los Goya no sólo son glamour, sino dinero. Mucho para el filme que obtenga el galardón a la mejor película. Sin ir más lejos, el año pasado. La triunfadora, La soledad, de Jaime Rosales, había sido vista por 41.000 personas tras seis meses en cartel. La semana después de la gala vendió 26.000 entradas y su carrera comercial finalizó con 119.000 espectadores. "Nos catapultó. Había tenido un recorrido brillante por festivales, y con el Goya enganchó con su público", asegura su productor, José María Morales. No es el único caso. Hay otros tres históricos. El primero, Tesis, de Alejandro Amenábar. Emiliano Otegui, su productor ejecutivo, recuerda: "Llevábamos 10 meses en los cines y ya sólo estaba en dos salas. Por poco no llegábamos a los 600.000 euros y tras el Goya en 1997, ganamos dos millones más". Otegui, como el resto de los consultados, insiste en una premisa: "El premio sólo empuja cuando la película ha tenido una floja carrera comercial". Sabe lo que dice, porque él estaba detrás de Los otros y, esta noche, de Los girasoles ciegos. Otro ejemplo. La buena estrella, de Ricardo Franco: la semana antes de su galardón, en 1998, según datos de su distribuidora, Alta Films, había recaudado 40.000 euros; la posterior, 198.000. Y el último: El Bola, de Achero Mañas. José Antonio Félez, su productor, desgrana las cifras: "Lo recuerdo perfectamente, porque es un ejemplo de esa multiplicación. Antes de anunciarse sus cinco candidaturas, a finales de diciembre de 2000, habíamos ganado 330.000 euros después de 15 semanas en cartelera. La noche antes de los Goya, el 3 de febrero de 2001, alcanzamos los 600.000. Nos llevamos cuatro estatuillas y superamos los tres millones de euros".
De las cuatro candidatas al principal trofeo de esta noche, Los crímenes de Oxford, con ocho millones de euros, y Los girasoles ciegos, con cuatro millones, parece que no les quede mucho por rascar. En cambio mejoraría la taquilla de Sólo quiero caminar, la última en estrenarse, que hasta ahora ha recaudado poco más de un millón de euros; y de Camino, la gran favorita según casi todos los académicos preguntados esta semana -será coincidencia, pero Televisión Española emite al final de la gala El milagro de P. Tinto, de su director Javier Fesser-, con cerca de 1.300.000 euros. Tras los premios y las estrellas, siempre hay un negocio.
Babelia
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