Un genio del arte moderno
La distorsión más salvaje y el aullido en claroscuro de uno de los genios más inclasificables del arte del siglo XX se ha instalado ya en El Prado. A la vera de Goya y de Velázquez, sus obsesiones confesas, el mundo de Francis Bacon estalla en Madrid en forma de víscera y sangre, de sexo y violencia, de papas y crucifijos, en lo que supone un fascinante cruce de caminos entre la poesía y el horror.
JUAN CRUZ | Madrid
Recuerdo de una de las raras entrevistas a un genio tan seco como fascinante
El tema de la identidad obsesiona a Rachid Ouramdane, bailarín y coreógrafo francés hijo de argelinos. Aunque aparece solitario sobre el escenario, hay mucha gente y muchas voces gritando y agitándose en su cuerpo. Y de alguna manera, todos son él mismo.
En la antesala de los premios Goya
Santiago Zannou es explosivo. No acaba de oír la pregunta y se dispara: "Me saca de quicio eso de la gente grabando con sus móviles en las discotecas. Y lo de YouTube ni te cuento. Se ha trivializado la imagen. Para mí es una responsabilidad. No puedo impregnar celuloide sin verdad. Y no me creo el digital".