Cuentas abiertas
El debate sobre los Presupuestos deja espaciopara incorporar nuevos aliados
Superada la votación de las enmiendas de devolución, los Presupuestos del Estado para 2009 podrán seguir su tramitación en la correspondiente comisión parlamentaria. Será el momento de la discusión de las enmiendas parciales, de cuya aprobación podría todavía resultar la adhesión de algún otro grupo (además de PNV y BNG) al texto definitivo que se votará en diciembre. De momento, queda excluida la posibilidad de tener que prorrogar las cuentas de 2008, que era la peor de las hipótesis.
El vicepresidente Solbes admitió que el escenario macroeconómico definido en el proyecto (elaborado en julio, antes del terremoto financiero) ha podido quedar desfasado, y que tal vez haya que revisar a la baja las previsiones de crecimiento, y al alza las de paro y déficit, entre otras. Justificó no hacerlo ahora por las incertidumbres que permanecen en el escenario. Pero podría ser también una forma de abrir un margen para ampliar los apoyos.
Porque en torno a los Presupuestos se está jugando la política de alianzas del Gobierno. Si se trata de contribuir desde la política a reducir los efectos de la crisis y ayudar a superarla, una condición es reducir las incertidumbres; y, para ello, garantizar la estabilidad de la mayoría gobernante. El aliado principal será de entrada el PNV, que asciende de socio eventual, en la pasada legislatura, a fijo. Pero será un fijo algo provisional, dependiendo de los resultados de las elecciones vascas de marzo. Si gana Patxi López, será difícil mantener la alianza.
Rajoy criticó los errores de Solbes en sus previsiones, aunque las de su partido no eran muy distintas hasta el verano, y eligió como banderas de oposición la denuncia de la vertiginosa destrucción de empleos y, hacia el otro lado, la propuesta de bajar los impuestos. "Si sigue creciendo el paro, la responsabilidad será suya", espetó a Solbes con cierto ventajismo, dado que el vicepresidente ya había advertido que es muy probable que ocurra. Pero es lógico que el PP insista en algo que constituye la primera preocupación de la gente. El aumento del paro ha ido en paralelo al retroceso del PSOE en las encuestas. Pero en 1993 González ganó contra pronóstico porque inspiraba más confianza para paliar los efectos del paro que Aznar.
Rajoy también reprochó al Gobierno la reducción del gasto social por la vía de reducir las aportaciones a las autonomías, de las que depende ahora buena parte de ese gasto. Pero no quedó claro de dónde recortaría cuando a la vez propone rebajar impuestos. La idea de que esa rebaja aumenta automáticamente la actividad y, por tanto, la recaudación es un principio no comprobado.
La anunciada abstención de uno de los dos diputados de UPN provocó la suspensión de relaciones del PP con esa formación, pero no la ruptura del pacto que les une. Es una forma de darse tiempo para redefinir los términos del acuerdo con vistas al congreso de UPN previsto para marzo, y en el que Sanz ha anunciado que abandonará la presidencia del partido.
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