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Barcelona presenta al cuerpo diplomático su candidatura a sede euromediterránea

Moratinos, Montilla y Hereu se reúnen con los 42 embajadores de la UPM

La diplomacia española se ha marcado como una prioridad en su agenda que Barcelona albergue la oficina del secretariado de la Unión por el Mediterráneo (UPM), la asociación de los 43 países que integran la Unión Europea y los ribereños del sur. Hoy se reunirán en el palacio de Pedralbes -edificio en el que se ubicaría la delegación- los embajadores en España de todos los estados implicados, a quienes se presentará oficialmente la candidatura. La ceremonia estará presidida por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el alcalde de la ciudad, Jordi Hereu.

La creación de una secretaría permanente del Proceso de Barcelona-Unión por el Mediterráneo fue aprobada en la cumbre de París del pasado mes julio, que reunió a los jefes de Estado y de Gobierno de estos 43 países (excepto Libia). La Unión Europea (UE) pretende dar un impulso más efectivo al denominado Proceso de Barcelona, que en 1995 sentó las bases del proyecto de cooperación entre ambas riberas del Mediterráneo. Si esa cumbre limitó la colaboración al campo político y económico, la UPM institucionaliza esos objetivos con la creación de una copresidencia rotatoria (Francia y Egipto), una secretaría permanente y un comité de altos funcionarios. Pero sobre todo inscribe la iniciativa en el marco de la UE, pese a las reticencias iniciales del Elíseo.

La futura secretaría de la UPM se encargará de coordinar los seis ámbitos de actuación fijados en la Declaración de París: la descontaminación del Mediterráneo, autopistas marítimas y terrestres, programas de Protección Civil para la prevención de catástrofes, energías renovables, Universidad, desarrollo de empresas y un Plan Erasmus para estudiantes. El secretariado permanente será, esencialmente, una oficina técnica, con una treintena de funcionarios encargados de coordinar estos proyectos, carentes todavía de un plan de financiación.

Barcelona compite, por ahora, con Malta como sede de esta secretaría a falta de que algún otro país -como Túnez o Marruecos- presente oficialmente su candidatura. La promesa inicial del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de apoyar las aspiraciones de un país del Magreb parece haberse desvanecido. Pero la eventual presencia de Túnez o Marruecos en esta carrera por albergar la sede supone, ahora mismo, la máxima preocupación de la diplomacia española. "Entonces Egipto, con una gran influencia en la zona, se vería en la obligación de apoyar a una nación hermana y las posibilidades de Barcelona se verían menguadas", reconoce un ex diplomático español. El único país que podría oponerse firmemente a esa opción sería Israel, contrario a que entre los socios de la UPM aparezca la Liga Árabe.

Moratinos y la diplomacia española han desplegado todos sus tentáculos para asegurarse la secretaría en Barcelona. "Si consiguiera el apoyo de Sarkozy, sería perfecto, porque el alcalde de la ciudad de Marsella también aspira a tener la sede, aunque el Elíseo mantiene sus reservas", asegura otra fuente diplomática. Para obtenerlo, España tiene algunas bazas con las que negociar. Por ejemplo, ceder la dirección de la secretaría permanente a un mandatario árabe. Otra posibilidad sería renunciar incluso a la denominación Proceso de Barcelona. Y la tercera, apoyar las pretensiones de Francia de mantenerse en la copresidencia de la UPM dos años (el límite inicial son seis meses). Francia permanecería entonces hasta 2010, cuando daría el relevo a España como presidenta de turno de la UE.

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