Las palabras salen a la calle
Los escritores reúnen a 20.000 seguidores en el encuentro literario segoviano
A la misma hora en que la Virgen de la Fuencisla salía en procesión por el casco antiguo de Segovia, Mario Vargas Llosa recibía el premio del público del Hay Festival. Una primera edición de Our mutual friend (1865), de Charles Dickens, que le entregaba el escritor Félix Romeo. De fondo, los tambores de la procesión y la voz enlatada que desde el pasado jueves, día en el que arrancó el certamen literario, retumba de forma algo inquietante en el llamado Templete de la Poesía, situado en pleno centro de la plaza Mayor de la localidad castellana.
La tercera edición del Hay Festival cerraba ayer sus puertas con la cifra estimada de 20.000 visitantes y el lleno casi diario de sus siete puntos de encuentro. Iglesias, salas de exposición y teatros convertidos en escenarios donde el público paga por escuchar a los escritores hablar de sus historias o de las de otros. Un modelo de festival literario nacido hace 20 años en el pueblo galés de Hay-on-Wye y que, además de a Segovia, ha extendido sus sedes a Granada y Cartagena de Indias (Colombia). "El Hay de Segovia ya ha institucionalizado", aseguraba ayer Cristina Fuentes, una de sus directoras. "De las voces extranjeras, como Daniel Pennac o Michael Ondaatje, a las nacionales, entre comillas, como Vargas Llosa, todas han sido muy bien recibidas. Cada día hemos tenido llenos absolutos, algunos en salas que tienen un aforo de 500 personas. Mucho público. Hemos crecido notablemente y ha funcionado".
'Alguien me deletrea' reúne textos dedicados a Octavio Paz
El fin de semana ha marcado la mayor actividad del encuentro literario. Ayer, el estadounidense Jon Lee Anderson (autor de la biografía más completa sobre el Che) ofreció una panorámica sobre la América Latina de hoy. De Hugo Chávez a Raúl Castro, Anderson se refirió al primero como "el Gran Hermano presidente" y al segundo como "el hermanito" lampiño. De Chávez dijo que, más allá del histrionismo, su forma de gobierno virtual desde el programa televisivo Aló es una forma experimental de acercar el Gobierno al pueblo, que ve en directo cómo se toman decisiones. Al hablar de Raúl Castro se refirió a su apertura económica, a su "transición de terciopelo".
Charlas, homenajes y conferencias que ayer se clausuraban con un recital de poesía en el teatro Juan Bravo. El sábado, la figura de Octavio Paz (de cuya muerte se cumplen 10 años) reunía a escritores y discípulos -Juan Goytisolo, Alberto Ruy Sánchez, Christopher Domínguez- en un homenaje que recordaba la magnitud de su obra poética y ensayística. Se presentaba también Alguien me deletrea, un pequeño libro, editado por Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores que reúne los textos (brevísimo anecdotario de recuerdos y pensamientos) dedicados al poeta mexicano por medio centenar de escritores y artistas. Paz, como recordó Andrés Sánchez Robayna, sigue siendo un intelectual de personalidad "poliédrica", una "rara anomalía" en el panorama hispano.
Un concierto del guineano N'faly Kouyate cerraba el sábado una jornada en la que el editor Jorge Herralde había conversado con dos de sus últimas apuestas literarias -el mexicano Álvaro Enrigue y el chileno Alejandro Zambra- y en la que, por la mañana, el filósofo José Luis Pardo y el periodista José Andrés Rojo habían conversado sobre el papel actual de la filosofía, sobre el malestar de la sociedad de masas y sobre cómo el 68 acabó con la distinción entre la alta cultura y cultura popular. "La filosofía", dijo Pardo, "es incómoda porque no enseña doctrinas sino el aprendizaje de la libertad".
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