Los albañiles vuelven al campo
En sólo un mes ha crecido en 12.500 los afiliados al régimen agrario
"La vida da muchos achuchones. Hace unos cuatro años dejé el trabajo en el campo y monté con mi hermano una empresa de electricidad. Con la crisis de la construcción, no pudimos seguir. Hace un mes volví a sacarme la tarjeta agraria". El testimonio de Manuel R., de 29 años, podría ser el de otros muchos trabajadores que, tras abandonar, hace lustros, las labores agrícolas llamados por la fiebre del ladrillo, retornan a los cultivos a causa del parón inmobiliario y el aumento del desempleo en la construcción.
El interés por inscribirse en el Régimen Agrario con el fin de demandar trabajo en el campo ya es una realidad. CC OO destaca que la variación entre las medias de febrero de 2007 a febrero 2008 es de 14.000 afiliados más al Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social en Andalucía. Pero lo realmente significativo para el sindicato es que, "de enero de 2008 a febrero de 2008, se han registrado en Andalucía 12.500 más inscritos".
Un fenómeno que, indican en CC OO, se ha dado en un solo mes y sin obedecer a ninguna campaña de peso que pudiera explicarlo, como la aceituna o la fresa. Hay quien ve en estos datos un primer indicio del posible trasvase de trabajadores de otros sectores, como la construcción, al campo. Si en enero los afiliados andaluces al Régimen Agrario eran 451.418; en mayo se alcanzó un pico de 475.678, si bien en junio, de manera excepcional, la cifra se redujo a 458.247; debido, según Asaja, a la sequía que azota el campo.
El retorno de los profesionales del andamio al arado se da poco a poco. Muchos de los antiguos obreros de la construcción que hoy están en paro no quieren aventurarse a volver al Régimen Agrario, y prefieren terminar de cobrar su subsidio de desempleo. Por causas así, la Consejería de Empleo no ha registrado dicho viaje entre sectores productivos, pero fuentes del sector agrario sí reconocen que el runrún se oye en los pasillos y en las conversaciones privadas.
La deriva entre sectores se ha dejado notar ya en algunos ayuntamientos de pueblos agrícolas, destaca Felipe Galloso, portavoz de Asaja. Con motivo de la última negociación del convenio agrario, vio, por primera vez, cómo alcaldes de la comarca de la Vega de Sevilla informaban a las asociaciones agrarias y a los sindicatos de que "desde noviembre y diciembre, se había visto un fuerte incremento en el número de personas que retornaban a los pueblos procedentes de la costa, donde estaban trabajando en la construcción y la hostelería".
Uno de esos pueblos donde cada vez es más común ver a los retornados es Arahal (Sevilla), que se prepara para la próxima campaña de aceituna de verdeo en septiembre, momento en el que muchos creen que se dejará notar más el fenómeno. A su alcalde, Miguel Ángel Márquez (IU), le preocupa que el campo pueda asimilar toda esa mano de obra. "El campo está dejando de ser una alternativa masiva para trabajar como lo era en los años 80. Tiene una capacidad de absorción muy limitada. Es un sector que ha cambiado, que se está mecanizando, con lo que se necesita menos mano de obra", afirma.
"Si no se buscan otras alternativas de desarrollo productivo, nos podemos encontrar con que las bolsas de desempleo, en Arahal concretamente, pueden crecer a un ritmo vertiginoso".
Antonio Perianes, secretario general de la Federación Agroalimentaria del sindicato es que de CC OO, cree que con la mayor afluencia de demandantes de empleo agrícola, los sueldos se pueden a abaratar. Además, el sindicalista teme que las próximas cosechas podrían derivar en una competencia directa por el trabajo entre los jornaleros españoles "retornados" y los inmigrantes que han ocupado en parte los huecos dejados por los españoles desde hace años. "Por lo que, de no cuidarse, podrían darse brotes xenófobos", advierte.
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