El futuro de Europa
Los irlandeses metieron ayer a Europa en un callejón sin salida. El veredicto de un país cuya población apenas representa el 1% de los 500 millones de europeos hunde a la Unión en una crisis de confianza sin precedentes y bloquea toda la reforma institucional prevista en el Tratado de Lisboa, heredera del proyecto constitucional frustrado en Holanda y Francia hace tres años.
"Crisis, caos, desconcierto, incertidumbre", éstas fueron las primeras manifestaciones que trascendieron ayer entre la clase política europea a medida que iba tomando cuerpo el rechazo del Tratado de Lisboa por los irlandeses.
Francia bloqueó el proceso europeo con su no al Tratado Constitucional Europeo hace algo más de tres años. Francia lo reactivó con la iniciativa del tratado simplificado del presidente Nicolas Sarkozy, que dio lugar al Tratado de Lisboa.
Tras varias horas de suspense sobre la posición del Reino Unido, el Gobierno británico confirmó pasadas las siete de la tarde que piensa seguir adelante con el proceso de ratificación. Nada más conocerse los primeros resultados en Irlanda, el Partido Conservador exigió al primer ministro británico, Gordon Brown, que paralice el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa.
El Consejo de Ministros de ayer aprobó el polémico proyecto de ley que limitará las escuchas judiciales. La nueva normativa, que será aprobada en el Parlamento italiano, prohibirá a los jueces realizar pinchazos para investigar los delitos penados con menos de 10 años de cárcel.
Benedicto XVI dejó ayer de lado el estricto protocolo del Palacio Apostólico para recibir a George Bush en los jardines del Vaticano, donde dieron un paseo distendido y repasaron los problemas mundiales. El Papa agradeció al presidente de EE UU "su compromiso con los valores morales fundamentales".
JUAN GÓMEZ | Berlín
Las expectativas electorales del SPD se desploman a cotas nunca vistas
Que la decisión fue histórica y dejó sin legitimidad alguna el sistema de justicia paralelo creado por George Bush tras el 11-S y encarnado en Guantánamo, no hay duda.
MANUEL DÉLANO | Santiago
Nueve pasajeros de un avión estrellado sobreviven cuatro días en la selva chilena