Empiezan las pruebas para verter en la red el agua transportada en barcos

Las conducciones están listas, pero hay que calibrarlas. Aguas de Barcelona (Agbar) empezará hoy los ensayos para distribuir a la red urbana el agua que aportarán los buques fletados para hacer frente a la sequía. En dos semanas, el primer barco procedente de Tarragona doblará el puerto barcelonés cargado de agua dulce, líquido que debe abastecer la red doméstica de la ciudad. El trasvase de la cisterna de los navíos hasta las conducciones urbanas es un proceso "complejo y que requiere cierto entrenamiento para afinarse", explican los técnicos de Agbar.

La medida aportará cerca del 18% del consumo mensual de Barcelona

Para ello, la empresa aprovechará estas dos semanas para ejercitar su rodaje con las nuevas infraestructuras instaladas en el muelle de la Energía del puerto. Éstas constan de cinco puntos de atraque, en el que los buques amarrarán tras llegar desde Tarragona o Marsella. Después deberán empalmarse a las tuberías adosadas al muelle. El agua circulará por un amasijo de cañerías hasta enlazar con dos depósitos, levantados en las inmediaciones del muelle. Finalmente, una central de impulsión aneja a los receptáculos enviará el agua hasta el punto de enlace con la red metropolitana, situado en la Zona Franca, a unos 600 metros de distancia.

Los barcos procedentes de Carboneras (Almería) emplearán otro operativo. No llegarán hasta agosto y cargarán agua prepotable y no apta para el consumo. Ésta requerirá tratamiento antes de enviarla a la red de Barcelona. Lo mismo ocurrirá con los barcos procedentes de Marsella que carguen agua no potable. Los amarres para estas embarcaciones, situados en el nuevo muelle de El Prat, conectan con un colector ya existente que da al tramo final del río Llobregat. El colector debe prolongarse 1,2 kilómetros para remontar el río de forma que el agua pase por la potabilizadora de Sant Joan Despí. El agua de los barcos se mezclará con la fluvial para ser tratada en la planta de forma conjunta y, posteriormente, enlazar con la red. Las obras para ampliar la canalización dependen de Aguas Ter-Llobregat y no terminarán hasta el 9 de mayo. Ese mismo día, Agbar prevé empezar a ensayar la canalización del agua prepotable.

El Departamento de Medio Ambiente asegura que disponer de dos operativos distintos responde también a una cuestión estratégica: el agua, durante su estancia en la bodega de los buques, puede perder su potabilidad. Ocurrió en 1995 cuando Mallorca tuvo que ser abastecida con agua del Ebro. La pintura de uno de los barcos contaminó la carga, que acabó abocada al mar. Medio Ambiente tomó nota de aquel vertido de millones de litros de agua. "A nosotros no nos ocurrirá", destacan fuentes del departamento. Cada buque llegado al puerto pasará un análisis químico de su carga. Si el agua se mantiene potable, atracará en el muelle de la Energía. En caso contrario, se desviará al muelle de El Prat.

El aporte de los barcos será de 2,6 hectómetros cúbicos mensuales, aproximadamente el 18% del consumo del área urbana barcelonesa. A cambio, la Agencia Catalana del Agua abonará 22 millones de euros cada mes. Las obras de los puertos de Tarragona y Barcelona, también sufragados por la agencia, costaron unos 24 millones de euros.

El agua que debe llegar por tubería sigue sin concretarse por culpa del convenio que deben firmar el Gobierno y la Generalitat. El Departamento de Medio Ambiente dijo que se firmaría esta semana, pero sigue sin rubricarse. Sin él, no pueden asignarse las obras. Y deben terminar en octubre, empiecen cuando empiecen.